Nadie duda de la necesidad de las ayudas europeas como pieza fundamental en el devenir del tejido empresarial español. Los 9.000 millones de euros en subvenciones que el pasado mes recibía nuestro país, persigue los objetivos de relanzar la economía a corto plazo y modernizar a las empresas.
Esto sólo será posible con reformas estructurales que fomenten acciones como la innovación, la transformación ecológica y la igualdad. Tras más de un año de expectación en el que los fondos europeos han sido una constante en los círculos económicos, esta primera partida de ayudas asignada a España (un 13% del total) está llamada a iniciar también, una transformación social.
Condiciones para la consecución de los Fondos europeos
Aunque la llegada de esta primera transferencia ha puesto fin a la incertidumbre y las complicaciones derivadas de los retrasos en la financiación, la recepción de las próximas partidas estará condicionada a la consecución de lo establecido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Como hemos hablado, los ejes desarrollados en la propia configuración de los fondos establecen como prioridad apoyar inversiones y reformas que refuercen la transición ecológica y digital, y que favorezcan la cohesión social. El objetivo último es hacer realidad la visión conjunta de una economía europea más resiliente, competitiva e inclusiva.
Para ello, el reto es bidireccional tanto para el Gobierno como para el conjunto de empresas que desean acceder a estas ayudas, de cara poner en marcha los números proyectos que garanticen que se vaya a ejecutar todo el dinero recibido de Bruselas. En base a unos condicionantes:
Sin cumplimiento no habrá nuevos tramos
Como decimos, para poder recibir los siguientes tramos previstos, España se ha comprometido a cumplir una serie de objetivos que deberá probar ante la Comisión Europea. El siguiente requerimiento de pago que hará nuestro país será el correspondiente a la consecución de las reformas del segundo semestre de 2021, que supondrá la llegada de 12.000 millones de euros.
Para el segundo semestre de 2022 está previsto el pago de 6.000 millones de euros. Los desembolsos continuarán efectuándose cada seis meses en 2023 y después, el foco se trasladará sobre todo a la inversión en proyectos elegibles, mediante pagos anuales hasta completar las ayudas previstas (140.000 millones).
Dentro de esta asignación, la UE ya ha puesto en marcha su primera emisión de bonos verdes, que captará en el mercado al menos 250.000 millones de euros hasta 2026, canalizados a través del Plan de recuperación. Estos bonos obligan a los Estados a destinar el 37% de la dotación de sus planes de recuperación a iniciativas ecológicas como las energías renovables, la movilidad limpia o la eficiencia energética.
Las CCAA, agentes clave para la distribución de los fondos
La canalización de las ayudas es clave para repartir de forma ágil y eficiente el dinero que llega desde Bruselas. Por ello, se ha puesto en marcha una importante reforma legal con el objetivo de modernizar la Administración Pública y eliminar barreras administrativas de forma directa en 2025.
En el caso de los Fondos europeos, la gestión se realiza a través de convocatorias de licitaciones, subvenciones y ayudas por parte de los diferentes Ministerios, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Las CCAA, de hecho, tendrán un papel protagonista ya que están recibiendo una parte muy relevante de los fondos y serán ellas las encargadas de ejecutarlos. En lo que va de año se han aprobado 15 acuerdos de reparto de fondos y se han transferido a las comunidades más de 7.000 millones de euros entre las diferentes conferencias sectoriales de cada ministerio.
Convocatorias y proyectos en marcha
Las convocatorias suponen el horizonte más próximo de todas las empresas interesadas en aprovechar el impulso de los fondos, pues es la vía mediante la que pueden optar a ellos. Algunas de ellas recogen 400 millones de euros en ayudas para la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, 2.000 millones para el fondo Next Tech, concebido para el desarrollo de proyectos digitales innovadores de alto impacto y la inversión en empresas en crecimiento o los 1.000 millones para el programa de ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones y la transformación digital y sostenible del transporte urbano, entre otras.
En este sentido, la consecuencia de que una empresa este preparada y sea ágil a la hora de acceder a las ayudas, es crucial. El plazo de vigencia de las convocatorias es muy reducido y las convocatorias vencen en los plazos establecidos, sin posibilidad de ampliaciones o prórrogas.
Fondos europeos, una oportunidad única para las pymes
Según un informe sectorial reciente, elaborado por BBVA con la colaboración de sus socios empresariales, las pymes son las verdaderas protagonistas de la ejecución de estos fondos. Si analizamos los objetivos de los Fondos Next Generation EU comprobamos que la base de esta financiación esta dirigida a proyectos que fomenten la transformación del país.
Los ejes fundamentales se dividen en el ámbito de la digitalización de las pymes, la mejora de la sostenibilidad y el abandono de fuentes de energía perjudiciales para el medio ambiente y, por último, las que fomenten la igualdad y la cohesión social.
Según recoge el estudio de la Comisión “European Innovation Scoreboard 2021”, a día de hoy España ocupa el puesto 16 de 27 en el ranking de innovación de la Unión Europea, situándose como un país con un nivel de innovación moderado. Esto puede entenderse, por la propia composición de nuestro tejido empresarial, con un 98% del mismo compuesto por pymes que que tienen más limitada su capacidad de inversión en este tipo de partidas.
Un ejemplo más que gráfico para entender que las pequeñas y medianas empresas de nuestro país deben acceder a estas ayudas si queremos ser una nación innovadora. De hecho, según confirma el Primer Barómetro sobre Innovación, elaborado por Kantar y la consultora global Leyton, el 86% de las pymes españolas cree que la innovación es clave para superar la crisis. Aún con las dificultades que ha entrañado la pandemia, las ganas de reinventarse y superarse de muchas de estas empresas salen a flote, por lo que la financiación de los Fondos europeos es fundamental para su reactivación económica.
