Pasar al contenido principal

Conciliación laboral: ¿representa un verdadero problema para las mujeres?

conciliación laboral permisos

El 70% de los españoles tiene problemas para conciliar y la cifra asciende hasta un 81,2% cuando se trata de las mujeres. Son datos de Adecco y del Observatorio de Igualdad y Empleo del Gobierno de España, que coinciden al registrar unas cifras que no son nada alentadoras.

Cuando hablamos de conciliar, nos referimos a los encajes y equilibrios entre las exigencias del empleo y las relaciones familiares que se ha popularizado desde hace un tiempo y ha saltado de los documentos políticos y los trabajos académicos al lenguaje coloquial. Más si cabe tras la pandemia. 

Se trata de una expresión que no tiene sentido sin la normativa que la ampara. Y es que las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar son aquellas destinadas a ampliar los recursos (renta, servicios y tiempo) para hacer compatible el cuidado familiar con la participación en el mercado de trabajo de hombres y mujeres. 

Estas últimas siempre más perjudicadas a la hora de conciliar por el hecho que implica la maternidad. Analizamos, en este Día Internacional de la Mujer, cual es la situación actual en España, las normativas aplicadas y la comparativa con otros países de nuestro entorno. 

El coste de la conciliación  

Con la campaña que lleva este nombre y que ha viralizado durante estos últimos años el Club de Malasmadres, se pretende valorar social y económicamente la maternidad, así como visibilizar a las mujeres en el mercado laboral. 

Para ello dan voz a la Asociación Yo No Renuncio y su última encuesta sobre conciliación donde destacan como trascendentes los siguientes datos: 

  • En el mercado de trabajo, el 75% de las mujeres ha cambiado su trayectoria laboral al convertirse en madre. 
  • En el hogar, 7 de cada 10 mujeres se siente sola a la hora de criar a sus hijos por ser las responsables de su cuidado. 
  • En la sociedad, el 68% de las madres hubiera tenido más hijos si contara con medidas de conciliación que no penalizaran su salario. 

Según reclaman desde la Asociación, al visibilizar que el trabajo que hacen mayoritariamente las mujeres no es gratis y que está suponiendo un coste muy alto para ellas, se reclama también la necesidad de darle el valor que merecen social y económicamente.

La pluralidad de la conciliación 

Según plantea el informe de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) ‘Políticas de conciliación de la vida laboral, personal y familiar en la Unión Europea’, la “suerte” de las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar en la mayoría de los países miembros está irremediablemente ligada a la agenda política europea.  

Las políticas de conciliación son plurales por la variada combinación de instrumentos de política pública que movilizan, pero también por los contextos culturales e institucionales que las modelan, los llamados regímenes de bienestar

En este sentido, la UNAF destaca que resulta habitual que el análisis de las políticas de conciliación relativas al empleo se restrinja al estudio de los permisos para cuidados familiares que se ofrecen en cada país. 

En el nuestro, estos son el permiso retribuido de 5 días al año para atender a familiares o convivientes enfermos de hasta segundo grado de consanguinidad o conviviente en caso de enfermedad grave, hospitalización o accidente; el permiso retribuido de 4 días al año por causa de fuerza mayor; y el permiso parental de 8 semanas para los padres con hijos o menores acogidos de hasta 8 años. 

Unas medidas que se incluirá en la próxima Ley de Familias, cuyo proyecto para su tramitación acaba de ser aprobado.

Políticas de conciliación en Europa 

Pese a que existe un consenso social sobre la utilidad de la flexibilización del tiempo de trabajo a la hora de promover la conciliación de la vida laboral y familiar, lo cierto es que, hasta ahora, la normativa europea se ha limitado a promover el paso flexible de trabajo a tiempo completo a trabajo a tiempo parcial. 

En la UE, cuando hablamos de cuidados de larga duración, la atención se focaliza en las prestaciones económicas, de cara a que las personas en situación de dependencia puedan optar por el tipo de cuidados (familiares o profesionales) que les resulte más conveniente. 

Como hablamos, la multitud de esquemas de estos permisos son mucho menos comunes que los referidos a maternidad, paternidad y parentales. De hecho, cuando existen son mayoritariamente no remunerados o remunerados de forma escasa.  

Atendiendo al informe que analiza estas políticas en nuestro entorno, las legislaciones de los países nórdicos, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania y Rumanía no recogen el derecho a este tipo de permisos. Por el contrario, el resto de los países europeos cuenta con uno o varios tipos de permisos para cuidado de familiares en situación de dependencia.  

Austria, Holanda, Italia, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Polonia y República Checa contemplan permisos remunerados entre el 55% y el 100% del salario previo. En esta área, España, como el resto de los países mediterráneos a excepción de Italia, destaca por su falta de protección.  

De ahí la contemplación de este nuevo régimen en nuestro país, ya los dos días de permiso remunerado por enfermedad grave, hospitalización o intervención quirúrgica con reposo domiciliario no parece suficiente. Sobre todo, cuando la excedencia por cuidado de familiar no es remunerada.