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Tendencias climáticas en pandemia

Tendencias climáticas

Desde que las prioridades del mundo cambiaron hace año y medio, la percepción de los problemas cotidianos pasó a un segundo plano del interés más generalizado. El problema de la emergencia climática es precisamente ese, que llegó a ser una preocupación más rutinaria que eventual.

En este año, marcado inexorablemente por la pandemia igual que 2020, los gobiernos y las empresas del sector privado se están centrando en los ritmos de vacunación y en activar la recuperación económica. Un reto de presente que no debe dejar de lado el futuro, por el que sigue pasando el cambio climático.

Los compromisos sostenibles que están marcando 2021

Con más o menos compromiso, las empresas del sector saben que el reto medioambiental sólo puede afrontarse de forma coordinada y con la cooperación de todos, ya sean instituciones o particulares.

La oportunidad de negocio que ofrece el medio ambiente como sector es el mejor ejemplo de estas tendencias ecológicas que pueden servir de ejemplo para alcanzar los diversos compromisos que hemos adquirido como país. Si los tres grandes bloques económicos mundiales (EEUU, UE y China) superan sus diferencias para impulsar medidas concretas, el avance de esta gestión sería inmenso.

Al igual que gobiernos de todo el mundo han prometido reducir la emisión de gases invernadero, adoptando medidas específicas y más ambiciosas a lo largo de la década, en España se están impulsando medidas más sostenibles con la aprobación de la primera ley para luchar contra el calentamiento global.

Por otro lado, la reducción de las emisiones de carbono supone una oportunidad de transición que está empezando a acelerarse, especialmente en las industrias donde el volumen de emisiones es alto y difícil de reducir. Un futuro que depende de la financiación y la inversión a gran escala.

En tercer lugar, podemos destacar el aumento de la rentabilidad ya que los inversores se empiezan a dar cuenta de los beneficios que puede aportar a largo plazo las finanzas más sostenibles. Actualmente, el total de bonos verdes y sostenibles en circulación alcanza la cifra de 1,2 billones de euros, un aumento del 20% en comparación de finales de 2020.

Hacia una transición lo más justa posible

Que la transición hacía un modelo sostenible sea equitativa con el bienestar social de la comunidad, es clave para construir una economía más sólida y próspera. En este sentido, se debe asegurar un cambio que proteja el empleo, fortalezca las comunidades y ayude a las economías más vulnerables.  

Quizás, la tendencia más importante de todas es la que tiene que ver con la conservación de la naturaleza. La protección de los entornos naturales y ecosistemas específicos está cobrando un papel protagonista. Está demostrado que los manglares, las hierbas marinas y las marismas son capaces de absorber el dióxido de carbono de la atmósfera varias veces más rápido que los bosques en tierra firme, contribuyendo a limitar el aumento de la temperatura global.

Por último, desde un autoconsumo responsable al que cada vez más empresas se están sumando, junto a industria y particulares con un mismo objetivo: ser autosuficientes energéticamente. Desde cualquier punto de vista se puede aportar en la consecución de unos objetivos que repercutan en el planeta que habitamos.