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Desgaste laboral: el temor de la ‘renuncia silenciosa’

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Un 60% de las empresas ve un aumento de cierto pesimismo entre los trabajadores a la hora de ceñirse estrictamente a las funciones del puesto y no tomarse el trabajo demasiado en serio, lo que se empieza a conocer como ‘renuncia silenciosa’ o en inglés “quiet quitting”. 

Según el II Observatorio Adecco sobre bienestar emocional y factores psicosociales, se señala que un tercio de las empresas aprecia que este fenómeno está afectando más a los trabajadores jóvenes que a los seniors. 

¿Cómo detectar ciertas patologías? 

El agotamiento laboral es un tipo especial de estrés relacionado con el trabajo, un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro y pérdida de la identidad personal. 

Encontramos explicación del por qué afecta más a trabajadores jóvenes cuando entendemos como el bienestar emocional influye en el desarrollo laboral de los nuevos trabajadores. Traducido en el hecho de buscar la realización en nuestra vida profesional y poder sentir satisfacción con lo que hacemos y con los resultados que obtenemos. 

Y es que existen ciertas patologías de nuevo tratamiento que podemos identificar sin ser muy expertos. Relacionado, por ejemplo, con la renuncia silenciosa, encontramos el denominado ‘despido silencioso’, motivado por salarios estancados, ausencia de 'feedback' o incapacidad de desarrollo profesional en el entorno laboral. 

No menos directo es el síndrome de burnout o "síndrome del trabajador quemado", que hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Este se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. 

Después de estas patologías, últimamente se está poniendo de moda el quiet quitting o renuncia silenciosa, una nomenclatura surgida en redes sociales y que intenta hacer frente a un trabajo que está costando más de la cuenta. Se suele dar cuando el trabajador se aleja y hace lo mínimo imprescindible para seguir adelante en su puesto profesional. 

Todos estos sin tener en cuenta traumas que pueden provocarse por distintos niveles de mobbing laborales o, incluso, por ciertas secuelas producidas por el Covid, que ha ocasionado en estos años miedo a la presencialidad en muchas ocasiones. 

Síntomas del agotamiento laboral 

No obstante, encontramos un dinamitador común para explicar estas patologías: el desgaste laboral. Ocasionado en múltiples niveles sin la necesidad de estar diagnosticado médicamente. De hecho, los factores de riesgo asociados a la psicología laboral muestran ciertas causas comunes. 

Otros factores individuales, como los rasgos de la personalidad y la vida familiar, influyen en aquellas personas que tienen agotamiento laboral. De todas formas, cualquiera que sea la causa, el degaste laboral puede afectar la salud física y mental.  

Estos son algunos de sus síntomas

  • Cinismo en el trabajo 
  • Pereza al hacer cualquier actividad y falta de concentración 
  • Irritabilidad e impaciencia con compañeros de trabajo 
  • Falta de energía y de productividad 
  • Logros sin satisfacción 
  • Malos hábitos de sueño y preocupación por dolencias físicas externas 

Al final, la imposibilidad de influir en las decisiones que afectan a tu trabajo, como tu horario, tus tareas o tu carga de trabajo, puede ocasionar también un tipo de agotamiento laboral. La falta de los recursos, eso sí, pueden deberse a otras causas. 

Por ello, saber identificar las opciones, expectativas o compromisos laborales, es muy importante para prevenir. Así como comunicar las preocupaciones al entorno más cercano con el fin de evitar que un trabajo exigente o poco gratificante acabe perjudicando la salud.