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Invertir en España: ¿una buena idea?

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Sorprendentemente, una pregunta que debería ser afirmativa tratándose del beneficio neto del que depende la economía de nuestro país; es complicada de responder para muchas empresas patrias, que ven cierta amenaza por el gravamen que deben cumplir.

Así al menos lo ha asegurado el Gobierno, que ve sorprendente que haya empresas que con sus ganancias piensen reducir sus inversiones en España, según han asegurado desde la secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa.

Objetivo: atraer el interés nacional e internacional

Tras el terremoto financiero ocasionado por la decisión de la empresa española de construcción Ferrovial de cambiar su sede e irse del país para pagar menos impuestos, el miedo a una fuga empresarial en nuestro país ha crecido de forma exponencial.

Todo ello, unido al aviso de Repsol, replanteándose sus inversiones en España por la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal que está haciendo que empresas y líderes de empresas se refieran a la posibilidad de dejar de invertir en España por el gravamen.

Lo que ha dado lugar a la reacción entre crítica y sorprendida del Ejecutivo en funciones que, asegura que con los buenos resultados que están obteniendo las compañías se planteen limitar sus inversiones en el país.

Y es que, según los últimos datos macroeconómicos así como los obtenidos de la Encuesta de población activa (EPA), España tiene la mayor ocupación en su historia, lo que ha posibilitado que el objetivo del pleno empleo durante la próxima legislatura, esté al alcance de la mano, según valora el Gobierno.

En el tercer trimestre del año, el número de ocupados aumenta en 209.100 personas respecto al anterior y se sitúa en 21.265.900. En términos desestacionalizados la variación trimestral es del 0,75%. El empleo ha crecido en 720.100 personas (un 3,5%) en los 12 últimos meses.

Así, se estima que las empresas tengan un buen desempeño a corto plazo, con el optimismo de que muchas de ellas quieran invertir en el país en el futuro más próximo, con oportunidades destacadas en el ámbito de la transición energética, por ejemplo.

La financiación para proyectos, en el punto de mira

Las dudas económicas, el incremento de las tasas de interés y el estancamiento electoral han llevado a un descenso en los créditos solicitados por las empresas para proyectos a medio y largo plazo, alcanzando cifras históricamente bajas (más del 50%)

De hecho, la banca endureció aún más las condiciones de las hipotecas, los créditos al consumo y los préstamos a empresas durante el segundo trimestre del año y lo hizo por quinto trimestre consecutivo.

Esto ha generado preocupaciones económicas entre las empresas ya que, en 2023 las corporaciones españolas han disminuido significativamente las solicitudes de financiamiento para proyectos a largo plazo.

Aunque continuaron obteniendo créditos para sus demandas a corto plazo, las solicitudes para proyectos futuros han mermado considerablemente lo que hace que las corporaciones ya estén buscando posibles alternativas.