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“En 2050 habrá más plásticos que peces en el océano”

Contaminación plástico

Se estima que, en toda la historia, solo el 9% de los residuos plásticos se ha reciclado y que, a nivel mundial, se generan alrededor de 300 millones de toneladas de desechos de estos materiales cada año, según alerta un estudio del Foro Económico Mundial.

Otros datos ofrecen la alarmante situación de nuestros océanos: 8 millones de toneladas métricas de desechos plásticos ingresan al océano cada año; un tercio de las especies de mamíferos marinos se encuentran amenazadas o en peligro de extinción; y más de 8 millones de toneladas de recursos marinos son pescados ilegalmente cada año. 

Para frenar parte de esta tendencia en nuestro país y cumpliendo con retraso la normativa europea en esta materia, el Ministerio de Consumo está trabajando en una nueva Ley de Residuos que establece la creación de dos nuevos impuestos.

Consumo acelera en la guerra contra el plástico

Se trata de dos nuevos impuestos a los residuos y los plásticos, cuya recaudación será de 538 y 723 millones de euros, respectivamente. Un nuevo gravamen que deberán pagar quienes lleven los residuos a estas instalaciones y con el que se quiere provocar un efecto disuasorio, de manera que se tomen medidas para facilitar el reaprovechamiento de materiales y cumplir las directivas europeas.

Entre otros aspectos, también se incluye en la nueva normativa la demolición selectiva de las edificaciones, para que los materiales y sustancias puedan ser retirados y manejados de manera segura, como es el caso del amianto.

Esta nueva normativa, cuya entrada en vigor está prevista para el mes de julio, pretende armonizar la recaudación de este impuesto en todas las Comunidades Autónomas para hacer efectivo su cumplimiento antes del 31 de diciembre del 2021 para los municipios de más de 5.000 habitantes y antes de finales del 2023 para el resto.

Impuesto especial según los tipos de envase

En el caso del impuesto especial sobre los envases de plástico, la nueva ley establecería un tributo indirecto a la utilización de los recipientes que sean no reutilizables en España. En este caso, el hecho imponible recaería sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de estos envases.

El impuesto tiene en consideración la participación de diferentes agentes económicos en la fabricación de los envases. En este sentido, no corresponderá al fabricante y contribuyente la responsabilidad que dar la forma definitiva al envase a partir de un producto semielaborado.

A los efectos de la obtención de la base liquidable, el borrador del anteproyecto señala que los contribuyentes que realicen la fabricación de envases podrán reducir de la base imponible del impuesto la cantidad de plástico incorporado al proceso de fabricación, expresada en kilogramos, proveniente de plástico reciclado de productos utilizados en el territorio de aplicación del impuesto.

A estos efectos, los gestores de residuos están obligados a acreditar la cantidad de plástico, proveniente de plástico reciclado, que se entregue a los fabricantes de envases. El tipo impositivo será de 0,45 euros por kilogramo.

¿A quién van dirigidos los nuevos impuestos?

Se trata de un tributo de naturaleza indirecta que recae sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de los envases de plástico no reutilizables que vayan a ser objeto de introducción en el mercado. También está sujeta al impuesto la introducción irregular.

Son contribuyentes los fabricantes, importadores o adquirentes intracomunitarios y, en su caso, los que realicen la introducción irregular.

Las bolsas de plástico, un ejemplo del cambio

La contaminación por plásticos va más allá de la huella que deja la superproducción de este material en el mundo. La responsabilidad social es de todos y comienza con la concienciación de cada uno para evitar seguir alimentando esta contaminación.

Es lo que persiguen asociaciones como Greenpeace desde hace mucho tiempo. Responsable de un interesante estudio sobre la huella plástica en los supermercados, lucha por contribuir a frenar el uso excesivo de envases de un solo uso en los establecimientos.

Julio Barea es el responsable de la campaña de residuos y portavoz de Greenpeace. Para él, como para la gran mayoría, todo se paró el pasado año con la pandemia, lo que también ha repercutido de forma negativa en la concienciación sobre el uso excesivo de los plásticos.

“La pandemia se llevó por delante las buenas costumbres”

Así lo lamenta el portavoz, quien informa que su organización sacó un comunicado con más de 120 expertos, alegando que los envases de un solo uso no eran más seguros que los reutilizables.

Según la directiva de la Unión Europea, a partir del 3 de julio, la venta de productos de plástico empezará a restringirse en España, fecha en la que deberán desaparecer del mercado los de usar y tirar, aunque según Barea, están denunciado la intención de que esta fecha se retrase.

“La ley de residuos viene con retraso” afirma el responsable de Greenpeace, quien denuncia que no haya presión a los consumidores ya que “las ventas han seguido aumentando desde el inicio de la pandemia”, asegura. Para Julio Barea, la contaminación de los plásticos es “otra pandemia silenciosa que está empezando a estallar y va a tener consecuencias devastadoras”.