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Políticas de igualdad: las normas contra los hechos

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Pese a haber transcurrido meses desde que venciera el plazo otorgado por el legislador para negociar e implantar los planes de igualdad, muchas son las organizaciones que aún se encuentran inmersas en su implementación.

Entre los motivos que han llevado a esta situación podrían destacarse factores como una compleja regulación, la obligación de llevar a cabo ciertos procesos o la sucesiva publicación e herramientas como la valoración de puestos de trabajo o el registro salarial.

Nos preguntamos cual es la situación actual de estas políticas en nuestro país y la percepción de igualdad en el territorio europeo. ¿Son efectivas estas normas?

Por el fomento de la igualdad

La igualdad entre mujeres y hombres es uno de los objetivos de la Unión Europea desde su fundación. En todos los Tratados, desde el de Roma en 1957, se establecen políticas en favor de la igualdad y empoderamiento de la mujer, un mismo objetivo que recoge la Carta de los derechos fundamentales de la UE.

Desde esta base normativa y jurídica, la hoja de ruta de las medidas para recortar las diferencias entre hombres y mujeres, suelen ser estudiadas y aprobadas en estrategias plurianuales.

Las iniciativas se refieren a diversos ámbitos que van desde el laboral; el societario (falta de representación en los centros de poder empresarial) o el penal, en su lucha contra la lacra de la violencia que sufre la mujer.

En el ámbito laboral, la Comisión Europea propicia instrumentos legislativos dirigidos a lograr la igualdad en las condiciones laborales y prestaciones sociales incluida la retribución y la protección activa de la maternidad.

¿Hay igualdad en las empresas europeas?

Según un estudio reciente de SD Worx, 4 de cada 10 empresas en Europa aún no tienen políticas de igualdad, diversidad e inclusión. No obstante, el compromiso sigue patente dado que el 61% de las empresas encuestadas afirman estar en línea con una política de contratación neutral.

Por países, Irlanda (74%), Reino Unido (68%) y Bélgica (69%) son las que ocupan los tres primeros puestos europeos. En cuanto a la igualdad salarial y de condiciones de trabajo, independientemente del sexo, la edad o la religión, especialmente las empresas irlandesas (73%), belgas (72%), británicas (67%) y españolas (65%) afirman mostrar un fuerte compromiso.

A continuación, una media del 60% de las empresas afirma invertir en la igualdad de acceso a las oportunidades de formación y desarrollo dentro de la empresa. Irlanda se sitúa a la cabeza con un 72%, seguida de Bélgica (71%) y Polonia (69%).

Desde luego, una de las calves suele ser la visibilidad que las empresas dan a sus objetivos y acciones sobre diversidad, igualdad e inclusión, y es que más del 50% de las empresas organizan actos o comunicados para darlos a conocer. Por último, para el 60% de las empresas europeas es importante comunicar una cultura laboral igualitaria e inclusiva con vistas a una mayor diversidad.

Situación en España

En el ámbito nacional, en abril del pasado año finalizaba el periodo que tenían todas las empresas para adaptarse a la nueva normativa de registro salarial aprobada en octubre de 2020, la cual obliga a todas las compañías a disponer de un registro de salarios y, en caso de contar con más de 50 empleados, a realizar una auditoría retributiva con el fin de garantizar la igualdad de sueldos entre hombres y mujeres.

No obstante, desde el mes de marzo, todas las empresas que cuenten con una plantilla de entre 50 y 100 trabajadores deben tener implantado su Plan de Igualdad de forma obligatoria, independientemente del número de centros de trabajo y cualquiera que sea la forma de contratación laboral.

La Comisión Europea ya presentó una propuesta sobre transparencia retributiva que pretende garantizar que los ciudadanos europeos reciban la misma retribución por el mismo trabajo sin importar el género.

Además, desde la Unión Europea, los ministros de Asuntos Sociales de la Eurocámara han acordado defender una cuota de al menos un 40% de mujeres en los puestos directivos de las grandes compañías del territorio. Un objetivo a cumplir para 2027.

Otro pasito importante a favor de la igualdad, esa labor pendiente para el conjunto de la sociedad que depende de la concienciación de todos los sectores.