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La UE exigirá a grandes empresas un 40% de mujeres directivas

Mujeres directivas

Otro pasito importante a favor de la igualdad, esa labor pendiente para el conjunto de la sociedad que depende de la concienciación de todos los sectores. Como es el caso de las grandes empresas, siempre caracterizadas por sus cúpulas mayoritariamente masculinas.

Es por ello que, desde la Unión Europea, los ministros de Asuntos Sociales de la Eurocámara han acordado defender una cuota de al menos un 40% de mujeres en los puestos directivos de las grandes compañías del territorio.

Directivas para romper el techo de cristal

Desde el Consejo Europeo se apela ahora a acelerar las negociaciones con el Parlamento para poder adoptar cuanto antes una directiva que ayude a romper el techo de cristal al que todavía se enfrentan las mujeres con demasiada frecuencia en el mundo laboral.

No obstante, las últimas decisiones muestran una serie de avances a tener en cuenta en materias de igualdad, sobre todo en nuestro país donde España está por encima de la media europea en lo que se refiere a los puestos ocupados por mujeres en cúpulas de dirección.

Según el informe ‘Women in Business’, el 36% de los directivos en grandes empresas son mujeres en nuestro país, por el 33% que representa el género en toda la Unión Europea. Un dato que, en España, representa el mayor número de su historia.

Además, el porcentaje de compañías que cuentan con al menos una mujer en su cúpula directiva alcanza el 93%, un dato seis puntos por encima del registrado en 2021 y también por encima de la media europea (86%) y global (90%).

Ahora, el próximo objetivo establece un plazo de 5 años, hasta 2027, para que las compañías alcancen un 40% de mujeres en puestos directivos no ejecutivos. Una norma respaldada por mayoría cualificada y que aún debe ser respaldada por la Eurocámara.

Medidas para alcanzar el objetivo

La propuesta de la Comisión Europea supone un esfuerzo a tener en cuenta para los países miembros, de ahí que el plazo se haya extendido hasta la fecha indicada para alcanzar el 40% de mujeres directivas. Otra de las consecuencias de esta prerrogativa es que se hayan tenido que excluir de su aplicación las pequeñas y medianas empresas (Pymes).

Por ende, los Estados también tendrán que asegurarse de que las compañías priorizan a los candidatos cuyo género cuentan con menor representación cuando los aspirantes a un puesto cuenten con similar cualificación y competencias profesionales.

Asimismo, se pretende que sean los Estados miembros y no las empresas quienes decidan cuál es el objetivo prioritario, si alcanzar un 40% de mujeres en puestos directivos no ejecutivos o bien el 33% de los miembros de la junta directiva.

La directiva contempla también que los países que hayan puesto en marcha medidas a nivel nacional para lograr un mayor equilibrio en las cúpulas empresariales podrán suspender los requisitos establecidos por esta directiva.

Por último, las compañías que no logren esta meta tendrán que aplicar criterios claros y neutros en la selección de puestos directivos que justifiquen no cumplir esta cuota.