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La obligatoriedad del ruido en los coches eléctricos

Ruido coches eléctricos

Es un hecho. Desde el pasado mes de julio, todos los coches eléctricos nuevos que se vendan en Europa, así como los híbridos e híbridos enchufables, deberán equipar de serie el conocido como sistema de aviso acústico (SAAV), a fin de alertar de su presencia a peatones y otros usuarios vulnerables.

Una medida que parece lógica pero que no ha estado exenta de polémica, debido al coste de fabricación de sus sistemas o a su repercusión en la contaminación acústica. Al final, tras una moratoria de dos años para dar margen a los fabricantes de disponer de esta tecnología, la medida ya es obligatoria.

¿Por qué es necesario el ruido en los coches eléctricos?

Como comentamos, la vulnerabilidad de algunos usuarios ha precipitado la medida ante el avance de las ventas de este tipo de vehículos. De hecho, la Comisión Europea ha fijado para 2035 el fin de la venta de coches de combustión dentro del gran proyecto climático de la UE.

La necesidad de incorporar un sistema de ruido en los coches eléctricos supone un cambio necesario de cara a reducir accidentes y siniestros que tienen como consecuencia la baja percepción de este tipo de vehículos.

A estas alturas, habrás podido comprobar que los propulsores de estos coches apenas emiten ruido a baja velocidad, lo que los hace potencialmente peligrosos para peatones o ciclistas. Los vehículos con las características descritas han de cumplir una serie de requisitos según fija la normativa europea:

  • Activarse automáticamente desde el arranque hasta una velocidad de 20 km/h, además de marcha atrás, siempre que solo opere el motor eléctrico.
  • El sonido deberá ser superior a los 56 decibelios (equivalente a una conversación), pero no exceder de los 75 decibelios, pues es el nivel máximo fijado para los coches equipados con motores térmicos. Dicho sonido deberá ser continuo y similar al de que emite un coche con motor térmico, es decir imitar el de un automóvil gasolina o diésel y con variaciones en función de la velocidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un límite máximo de ruido en el tráfico urbano de 53 decibelios durante el día y de 45 decibelios durante la noche. Niveles que sobrepasan los valores fijados desde Europa para los AVAS (entre 56 y 75 decibelios).

Desde luego, la entrada en vigor de esta normativa es una buena noticia en lo que respecta a la seguridad. Una medida que se une a la del reciclaje sostenible que conlleva el uso de las baterías eléctricas, de las que es posible reutilizar su energía en diferentes ámbitos

Sistemas de asistencia en 2022

Si nos fijamos en las tendencias para reducir la siniestralidad en carretera más allá de las emisiones, el año que viene encontramos una serie de medidas que serán también obligatorias para todos los coches nuevos que se vendan en Europa.

Se trata de un conjunto de sistemas que los vehículos deberán incluir en sus equipos. Hasta ocho tecnologías diferentes, tanto de asistencia a la conducción como enfocadas a la seguridad que van desde la frenada automática de emergencia, el asistente por tráfico cruzado trasero (dotado de cámara y detector de ángulo muerto), el asistente de velocidad inteligente (ISA) o la alerta de cambio involuntario de carril.

Pero aquí no acaba la cosa ya que, además, los coches de nueva fabricación que se comercialicen en el territorio europeo deberán contar con un detector de fatiga; así como con el bloqueo del coche con alcoholímetro (Alcolock), la alerta de cinturón en las plazas traseras o una caja negra que, en caso de accidente registra los datos de conducción en los minutos previos para determinar si ha habido negligencia por parte del conductor.