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Crisis de semiconductores: el problema de la automoción

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La preocupación por la demanda de microchips y semiconductores que evidenciaba una falta de suministros que, a su vez, ocasionó un importante retraso en los productos vendidos en las grandes campañas comerciales parece haber quedado atrás este año. 

Esta Navidad, si ningún otro factor que escape a nuestro control lo impide, habrá teléfonos móviles, videojuegos y televisores de sobra en las tiendas, esperando la llegada del espíritu consumidor de estas fechas.  

No obstante, la duda vuelve a planear sobre el sector de la automoción, cuyo suministro de chips está sujeto a una distribución desigual y a un exceso de inventario. Así lo advierte la consultora global Roland Berger, que destaca que el crecimiento de los ingresos globales de semiconductores disminuirá, de nuevo, en 2023.  

Inversiones mundiales que dan la espalda a la automoción 

Roland Berger avisa que estos tipos de chips “corren un mayor riesgo de ser escasos” ya que los inversores buscan, cada vez más, chips avanzados. El caso, es que el foco de los inversores no está en los chips más necesarios sino en los más rentables y estos no suelen ser precisamente los utilizados en la automoción. 

La mejora en las ofertas tiene sentido bajo la demanda de los llamados “chips heredados”, que son utilizados principalmente por empresas automotrices e industriales. Según la consultora, el 62% del mercado industrial dependen de chips de señales analógicas, unidades de microcontroladores o componentes tipo MEMS. 

Asimismo, el resultado de las inversiones es muy diferente según el área geográfica. Mientras en Asia están logrando mejorar su posicionamiento global y proteger las cadenas de suministro, la ley de chips de Estados Unidos se ha focalizado en los chips más avanzados que, como pronto, tendrán un impacto real en 2025.  

En Europa, la situación no es mucho más optimista. La consultora señala que las inversiones anunciadas por la Unión Europea no tengan un impacto en la mejora del suministro de semiconductores a corto plazo. 

La previsión es simple, en este sentido, ya que se espera que las fábricas de automóviles seguirán parando por falta de chips mientras los fabricantes de semiconductores destruyen los que ya no se consumen. 

Las empresas de chips esperan movimientos en España 

En nuestro país, el proyecto estratégico de los microchips, el llamado PERTE de semiconductores está llamado a movilizar 12.000 millones de euros de los fondos europeos, que se vienen transfiriendo masivamente a España, aunque en su mayor parte aún están pendientes. 

Amenazados por una nueva falta de previsión en sus productos, los integrantes del sector nacional de los semiconductores fueron convocados, recientemente, a una reunión con el Gobierno dentro del modelo de gobernanza de este Perte, de cara a abrir una nueva etapa. 

Desde el Gobierno, se quieren redoblar los esfuerzos en busca de grandes inversores internacionales que fabrican estos componentes en España para la industria automotriz, de la que el país es el octavo productor mundial. 

Recordemos que el Perte de semiconductores, aprobado en el mes de mayo, tiene como objetivo reforzar las capacidades de diseño y producción de la industria de la microelectrónica y los semiconductores en España desde una perspectiva integral

No obstante, la concentración geográfica de las primeras inversiones extranjeras ligadas al Perte han creado cierta inquietud en el resto del territorio nacional, aunque se confía en que exista una igualdad de condiciones y mayor transparencia en la selección de la localización del proyecto estrella: la creación en España de una o varias fábricas de semiconductores. 

Mientras tanto, en Europa, los Estados miembros han alcanzado un acuerdo sobre las enmiendas a introducir en la propuesta de Ley de Chips de la UE, que se prevé, ampliará el rango de los tipos de las fábricas de chips que podrían ser objeto de la subvención.  

Según el informe “State Of The U.S. Semiconductor Industry” la mayor parte de los microchips se utilizan para el funcionamiento de los ordenadores, un 31% de la demanda global. El sector del automóvil representa un 12% del mercado de los microchips. 

 

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