Casi superada la sexta ola de la pandemia, poco a poco, nos asomamos a un mundo que creíamos haber olvidado gracias a la progresiva retirada de las restricciones. Lo que no vamos a olvidar tan pronto es la nueva panorámica laboral que ha hecho posible el teletrabajo.
Con su éxito de adecuación alcanzando niveles óptimos de producción, la flexibilidad laboral ha venido para quedarse en muchas empresas donde es posible una organización telemática. De ahí que haya surgido un nuevo reto: descentralizar las ciudades y ayudar a la España vaciada.
Red de centros de teletrabajo en zonas en riesgo de despoblación
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tienen un plan para llevarlo a cabo. La ministra Teresa Ribera anunciaba hace un par de semana que el Gobierno presentará próximamente una red de centros de innovación y teletrabajo en entornos rurales en riesgo de despoblación.
De momento, han avanzado que las primeras provincias beneficiarias serán Soria, Teruel y Cuenca, al tener los territorios más despoblados de España. La necesidad de una transformación estructural en nuestro país es un hecho y, por ello, desde el Ejecutivo central se han propuesto “grandes procesos de cambio” en este sentido.
El Plan del Gobierno es focalizar y consolidar este tipo de medidas para este año, con un reto demográfico que incida en la actuación de los gobiernos autonómicos para integrar en sus programas una atención específica en pequeños municipios.
A través de la Red de ‘centros conect’, que es como se ha llamado a este programa, se podrán identificar “proyectos singulares” que permitan ensayar y construir una base de proyectos innovadores para poner fin a la despoblación en ciertos lugares.
En lo que se refiere al Plan Estatal de Vivienda, desde el Ministerio se ha apuntado a redoblar el esfuerzo ante la realidad de los pueblos pequeños, con “soluciones de alto impacto” que tengan que ver con la movilidad, la digitalización y la conectividad.
En la misma línea del reto demográfico, el Gobierno ha anunciado la dotación de 120 millones de euros para el impulso de la bioeconomía en España, con el objetivo de partir de la economía forestal y actividades asociadas a la misma.
Las grandes ciudades reducen su población
Uno de los grandes cambios que ha supuesto la pandemia es el impulso a la movilidad social que están convirtiendo poco a poco las áreas rurales en lugares muy atractivos donde vivir. Según datos del propio Ministerio, la población en las ciudades se ha reducido en torno a 150.000 habitantes desde 2020, focalizado sobre todo en las grandes capitales.
Por el contrario, la población ha aumentado en pequeños municipios, incluso en aquellos con menos de 1.000 habitantes en los que ha significado un aumento significativo, extendiéndose a más de la mitad de estos pueblos.
Si hablamos de aumento demográfico, la llegada de población a las áreas rurales en el principal año de la pandemia (2020) fue mucho más intensa, con un saldo positivo de “casi 30.000 personas".
La política transversal puesta en marcha con las 130 medidas aprobadas frente al Reto Demográfico se alinea con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y sus cuatro ejes prioritarios, para garantizar la incorporación de los pequeños municipios en una recuperación verde, digital, con perspectiva de género, e inclusiva.
Red nacional de pueblos acogedores
La Administración pública no es la única comprometida con este reto. Impulsados por la mejora de la conectividad y la oportunidad del teletrabajo, el pasado año se presentaba en Soria un proyecto liderado por Grupo Red Eléctrica y El Hueco, con el apoyo de Booking, para hacer fácil la búsqueda de un destino rural para aquellos que deciden abandonar la ciudad.
La web de la Red Nacional de Pueblos Acogedores cuenta ya con 38 localidades de 7 autonomías (Andalucía, Castilla y León, Castilla La Mancha, La Rioja, Aragón, Navarra y País Vasco). Cada destino contiene una ficha detallada, descripción del pueblo, características, cobertura a internet, espacio de teletrabajo, reseñas, información sobre el patrimonio cultural y artístico, entre otros datos.
Sin duda, una alternativa muy interesante para que las localidades de menos de 5.000 habitantes puedan hacer bandera del teletrabajo como un recurso para la captación de población, así como todo lo que de ella se deriva y que tanta falta hace a nuestros pueblos: atracción de talento, dinamización de la actividad económica o el fortalecimiento del tejido social, entre otros.
