Un análisis de los distintos segmentos sociales puede derivar en una interesante perspectiva de los cambios latentes que existen en el mercado actual. Si hablamos de tecnología, la radial con la que cortamos se vuelve más afilada y su corte es más profundo en el seno de la economía, dada la transformación que estamos experimentando en esta década.
Nos hacemos eco de la investigación de la revista Economía 3 que, donde se analiza de forma exhaustiva el papel relevante de las tecnologías digitales en el futuro a corto plazo, así como las posibilidades que ya se están abriendo en el mundo empresarial y laboral.
Nuevos modelos de negocio
Más allá del impacto que puede tener el metaverso (anunciado ya por Facebook) en los distintos sectores de la sociedad, la aplicación de las tecnologías digitales afectará a los sectores económicos. Desde la industria de la automoción a los de la salud o las finanzas.
Y es que, el avance de la tecnología está cada vez más presente y la tendencia del usuario es consecuente a ella, con el deseo de incorporarla de forma progresiva en sus procesos. Esto permite la aparición de nuevos modelos de negocio a través de su mayor presencia en los modelos empresariales.
Los sectores “tractores” que definen la sociedad económica de nuestro país por regiones se deben comparar con los “homónimos” de otros países de cara a acelerar la digitalización de nuestras empresas para poder competir en las mejores condiciones.
Digitalización transversal
Que la digitalización es transversal ya lo sabemos, en cuanto a la ayuda que esta puede generar en todos los procesos empresariales, independientemente del sector al que pertenezcan.
La única condición de esta transposición debe ser la de incrementar el volumen de negocio y mejorar la productividad; la gran tarea pendiente en las empresas españolas. Y ahí, el correcto engranaje de las TIC, en colaboración activa con las empresas privadas y los organismos públicos es fundamental.
Sin olvidar que cada sector industrial tiene sus propias dinámicas, pero siendo evidente que existen puntos en común entre todos ellos. El principal es la necesidad común de ahondar en la transformación del modelo económico europeo hacia la sostenibilidad.
La importancia de las TIC en todos los ámbitos
Las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) han llegado para automatizar y facilitar tareas a las personas en todos los órdenes. En un principio, en el ámbito administrativo y de gestión; cuando la manipulación de grandes cantidades de datos hacía más necesario que nunca una automatización digital.
Hoy en día, las TIC son universales y no se entiende la mejora de los procesos productivos sin ellas. Es evidente que la transformación digital aumenta la productividad en todos sus órdenes y que esta nueva forma de comunicación va a impactar de forma gradual en todos esos sectores productivos, que ven la disrupción como algo natural.
El rol de la ciberseguridad
Hoy en día, cualquier empresa de cierta envergadura que no invierta en ciberseguridad está desahuciada. Es así dado que la seguridad en la red es la base cimentada sobre la que se construye la evolución digital.
Ahora que la ciberseguridad está adquiriendo la importancia y la magnitud que se le presuponía, con la inminente aprobación de un Plan Nacional en nuestro país, las compañías no conciben articular una estrategia en este sentido.
La pandemia y el teletrabajo han revelado la vulnerabilidad de los equipos fuera de una red interna, pero a la vez, la necesidad de acoplarse a los nuevos tiempos con la tranquilidad que las empresas demandan ante la evolución de los ataques informáticos.
Computación cuántica o IA
Entre los soportes de los mundos paralelos que traerá el metaverso se encuentra la realidad aumentada y la inteligencia artificial (IA). Dos de las tecnologías emergentes que mejorarán las capacidades digitales en los próximos años junto con la computación cuántica o la web 3.0 que abren un abanico de posibilidades para la economía.
Afianzando los límites de una tecnología que debe ser vigilada de cerca por los problemas que puede suscitar en el terreno de la ética y de la seguridad. Dependiente, por tanto, de una regulación anticipada de sus posibles avances a nivel global.
Todos coinciden en que la IA va a transformar y ya está transformando el tiempo que dedicamos a la toma de decisiones. Un notable ahorro que, aunque sufraga la necesidad de que haya menos personas ocupadas en este sentido, sí que las demanda a la hora de analizar y garantizar estos procesos.