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El impacto de la energía en la competitividad de las empresas

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Ante el impacto de la crisis energética en la competitividad de las empresas, conocer la visión de expertos nacionales e internacionales en el sector se ha tornado fundamental para identificar las claves de la situación actual, así como de la esperada recuperación y sus posibles tiempos. 

El impacto del crecimiento y aumento del coste de la energía ha dado también pie al encarecimiento de las materias primas, que se esperaba fuera pasajera después de la pandemia pero que, ahora, va para largo con el conflicto en Ucrania alargando un problema que está erosionando la competitividad de las empresas. 

En un encuentro organizado por la comunidad global de directivos APD, que ha puesto en marcha una serie de charlas mensuales con líderes de opinión en diferentes materias de debate; se analiza cómo, cuándo y por qué debemos estar preparados para hacer frente a los retos que el escenario global está planteando a empresarios, compañías y organizaciones de todo el mundo en materia energética. 

Vulnerabilidad e incertidumbre 

En el debate, conducido por Oliverio Álvarez, socio de DELOITTE, los expertos se ponen de acuerdo en que la capacidad de las empresas para asimilar y afrontar el problema energético supone un reto ante la vulnerabilidad del modelo de crecimiento mundial “muy dependiente de la energía”. 

Una situación actual que se caracteriza, además de por los precios elevados que provoca una inflación disparada, por la incertidumbre. Algo que está provocando reacciones parecidas en todo el mundo.  

Según Javier Sáenz de Jubera, presidente de TOTALENERGIES, la situación viene derivada del conflicto en Ucrania “pero las grandes crisis siempre traen grandes avances”. En este caso, referido a la necesidad de cambiar los procesos energéticos y reducir la dependencia del gas.  

Además de la descarbonización, “la necesidad de acelerar los procesos de soberanía y desarrollar las energías renovables son claves”, analiza Sáenz de Jubera, quien indica que el proceso de reconversión “es adecuado, pero se deben desarrollar medidas para eliminar trabas legislativas”. 

En este sentido, Alejandro Lucio, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo señala que la inmersión acelerada en renovables es adecuada, pero “se requiere una seguridad enérgica donde las industrias deben entender que la diversificación y la fidelización también cuentan”, 

Cada sistema energético es particular, desde la disponibilidad de los recursos hasta consideraciones de carácter político porque “cada vez hay un mercado con más actores”. Esta es una de las claves que señala Lucio para entender el problema energético de forma global, ya que, según afirma, “aún no hay una discusión general de lo que se debe hacer”.  

Por su parte, el consejero delegado de ACERINOX, Bernardo Velázquez, expone la necesidad de ser competitivos sin dejar de ser sostenibles. Para ello, alerta de “la fragilidad de una industria europea en cuanto a suministros” como ha quedado latente en las últimas crisis. 

“En cuestión de energía, el suministro también debe ser local para ser independientes” señala, al mismo tiempo que escenifica la creciente preocupación por el futuro de esta industria “con la carestía de materias primas donde hay que buscar nuevas fuentes de suministros”. 

Políticas y soluciones  

“El hidrogeno puede ser una solución”, reconocen los expertos, a la vez que asumen ser precavidos sobre los tiempos estimados para su implementación como un vehículo de utilización energética. 

Algo que no va a ocurrir “hasta dentro de muchos años con una implementación masiva”, asegura el presidente de TOTALENERGIES. En este sentido, indica que el biometano “si puede ser una solución más a corto plazo”. 

En lo que se refiere al tiempo y coste de estas soluciones, Velázquez resalta que “la contaminación no entiende de fronteras” alegando que en otros países donde la industria es más elevada, la emisión de gases nocivos es muy diferente a la de nuestro territorio. 

Por ello, la solución cortoplacista señala a los biogases como la apuesta más cercana o también “el caso de la energía eléctrica, con un mercado que pueda ser competitivo a nivel local a diferencia que los gases” incide. 

Por ello, Alejandro Lucio, relata que, a nivel global, el discurso en política energética “debe ser mucho más responsable a la hora de reevaluar aspectos de seguridad y prestabilidad del servicio” que, según alerta, no deben ser olvidados por muy importante que sea la carrera del cambio climático. 

Por último, en cuanto a las medidas que la normativa europea está implementando en el sector, los expertos señalan que van en la buena dirección, pero sin olvidar que el desarrollo de ciertas energías verdes lleva su tiempo de adecuación, como es el caso de las renovables. 

En este sentido, Javier Sáenz de Jubera asegura que “hasta 2025 no va a existir una recuperación evidente” por lo que el gas va a seguir teniendo un papel relevante como elemento de transición “hasta finales de 2040”.  

Al hilo de una futura recuperación, recalca que el consumidor “debe pasar a ser protagonista e involucrarse” porque con un mercado tan concentrado como el actual “los precios no bajan con facilidad”. Según señala el consultor del Banco Interamericano al respecto, “con la diversificación de la oferta, la competencia de precios es más viable”.