La fiabilidad de las criptomonedas ha sido puesta en duda desde el mismo momento en que se crearon. En la actualidad, la realidad es muy variable y aunque cada vez más inversores profesionales se suman a su causa, un país tan financieramente seguro como China, acaba de ilegalizar todas las transacciones con criptomonedas.
La consecuencia del desplome de estos activos puede tener bastas consecuencias, sobre todo mirando el comercio exterior del país oriental, que ya fue prohibido oficialmente de esta manera hace dos años. En Occidente, la realidad es otra, pero eso no deja que nos preguntemos si se trata de inversiones seguras.
¿Qué ventajas puede tener descentralizar de esta forma el dinero? ¿Es fiable? Para resolver estas y otras dudas, hemos querido hablar con Álvaro Alcañiz, CMO y Co-founder de Onyze, compañía española especializada en la custodia de activos digitales.
¿Criptomonedas con fiabilidad?
Actualmente en nuestro país, las criptomonedas no están reconocidas como moneda de curso legal, dado que se trata de un activo especulativo y no de una moneda en sí. Si hablamos de cobrar la nómina en criptos en un futuro y la posibilidad de que esto se generalice, hay que tener en cuenta el problema de la alta volatilidad de los criptoactivos y su continua penalización.
“La realidad es que cada vez está más extendido (en nuestra empresa sin ir más lejos es una opción que ofrecemos a los empleados) y hay gente que prefiere que parte de su nómina se le abone en Bitcoin, por ejemplo” explica Alcañiz, quien defiende desde su perspectiva la inversión de estos criptoactivos y su gestión por parte de la propia compañía.
Para el CMO de Onyze, la fiabilidad de las criptomonedas depende del volumen que se paga por ellas, sus fees o la seguridad que tiene su red. “Esta claro que muchas son variables y dependen de cada momento, pero también es cierto que existen cada vez más criptomonedas como activos base”. Son el caso de Uniswap, Aave o Compound, que se unen a las ya famosas Ethereum y Bitcoin.
Dogecoin, la criptomoneda que nació como una broma
Se ha hablado mucho últimamente de Dogecoin, un cripto activo que nació la pasada primavera como una broma que quería demostrar la inestabilidad de las criptomonedas. Entre abril y mayo rozó el 1.000% de revalorización en una escalada inalcanzable que le llevó a superar una capitalización de 80.000 millones de euros (una valoración similar a Santander y BBVA)
Pues bien, a día de hoy, la oleada de desinversiones ha borrado dos terceras partes de su valor con una caída de 53.000 millones, lo que demuestra el episodio de extrema volatilidad al que está sometido este mercado.
La burbuja que representan estas inversiones no tiene lugar a duda, como reconoce Alcañiz, aunque alude a la importancia “de ser consciente de que Dogecoin nació sin una comunidad de desarrolladores detrás que sostenga el proyecto y ofrezca seguridad”, en gran parte debido a la participación del controvertido Elon Musk en el proyecto como principal impulsor y su objetivo por especular.
TPV universal: otra forma de pago
Si teníamos pocos métodos de pago actuales para elegir cómo abonar nuestros débitos, los criptoactivos (como no podía ser de otra forma) se quieren unir a la vorágine que persigue dejar atrás el dinero en efectivo.
La startup Bitnovo está trabajando en un Terminal Punto de Venta (TPV) que sea universal para que las tiendas acepten criptomonedas como medio de pago. No es la única, ya que como informa el cofundador de Onyze, su empresa también está interesada en este proyecto, con la participación conjunta de varias empresas internacionales.
“La tecnología blockchain ofrece esta posibilidad, y desde luego hay que aprovecharlo para poder crear mejores alternativas de pago para la sociedad de las que tenemos hoy en día” destaca Alcañiz, un hecho que según valora, repercute directamente en “la innovación para crear soluciones”.
