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Un 36% de las empresas subirán también sus precios en verano

subida de precios empresas

Al final nos quedamos cortos. Si antes del inicio del año, el Banco de España (BDE) preveía que la mitad de las empresas aumentarían sus precios durante este año, la última encuesta de la principal institución financiera del país ofrece datos para asegurar que el 74% de las empresas españolas los habrá subido cuando acabe el verano. 

La subida generalizada de estos precios por falta de suministros y de personal han provocado que la recuperación del nivel prepandemia se esté posponiendo en el tiempo, derivado de una crisis económica que depende y mucho de los últimos acontecimientos

Reparto de costes: ¿A qué precio? 

La solución para evitar una escalada desmesurada de los precios como la que se empieza a atisbar pasa por la concatenación de compromisos entre empresas y trabajadores. Algo que está lejos de producirse, ya que si los profesionales acceden a no pedir una subida salarial es para que las grandes compañías no aumenten los precios finales. 

Y es que, por mucho que las instituciones pidan a las empresas aguantar la presión en los márgenes de beneficio, esta traslación de los costes a los salarios se refleja ya en la inflación subyacente, que cerró mayo en el 4,9%, según los datos confirmados por el INE. 

La última encuesta del BDE sobre la Actividad Empresarial, correspondiente al segundo trimestre de este año, deja datos muy esclarecedores. Por el momento, un 38% de las empresas en España han subido sus precios desde marzo; mientras que otro 36% tiene previsto hacerlo durante el verano.  

Esto supone que cuando septiembre llegue a su fin, casi un 74% de las empresas del país habrá subido los precios respecto al año pasado. De hecho, un 60% de los productos que consumimos suben ya más de un 4%. 

Compresión de los márgenes empresariales 

No obstante, pese a la tendencia al alza en la subida de precios, el BDE destaca que el incremento sigue siendo inferior al que se registra en el coste de los consumos intermedios, que representan el valor de los bienes y servicios consumidos como bienes en un proceso de producción. 

Por ejemplo, el pan, los cereales, la carne o el pescado son considerados consumos intermedios en la elaboración de otros productos, a diferencia de lo que ocurre en las restantes operaciones de la Contabilidad Nacional, en las que se consideran gasto en consumo final de los hogares. 

Por ello, el BCE destaca que esta subida apunta aún a una compresión de los márgenes empresariales, más intensa en las ramas en las que la situación cíclica, aproximada por la brecha entre el nivel de facturación actual y el previo a la pandemia, es más desfavorable. 

En el segundo trimestre, un 77% de las empresas sufrieron un aumento de costes de los consumos intermedios, un porcentaje muy elevado, pero cinco puntos inferiores al de las compañías que estaban en esta situación en el primer trimestre.  

No obstante, la relajación de esta presión en los costes se prevé de la misma forma en casi todas las ramas de la producción, a excepción de los sectores de la construcción y la hostelería, dos sectores con cada vez más compañías reportando una subida del precio de los inputs productivos. 

Se disparan también los costes de financiación 

El impacto que la subida generalizada de precios está teniendo en las compañías del país se traduce también en la deuda contraída. Con tipos y primas de riesgo en aumento, el apetito inversor se reduce como efecto físico de la balanza. 

El encarecimiento de los costes de financiación de las empresas es un hecho. Aun cuando el Banco Central Europeo (BCE) todavía no se ha sumado a la oleada de incrementos de los tipos de interés oficiales que obligará al sector corporativo a reducir sus gastos aún más si cabe. 

La agencia de rating S&P calcula que las primas de riesgo ya han superado los máximos de febrero, cuando se dispararon tras el estallido de la guerra en Ucrania, y ahora son un 20% más altas que a principios de año. 

Todo ello sumado a las dudas de los inversores y a un menor control. Las empresas de todo el mundo han emitido un 19% menos en lo que va de año con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, en una caída que en Estados Unidos llega al 32% y en Europa asciende al 25%, según los datos de S&P. En España, el sector corporativo no financiero ha vendido un 66% menos de bonos que en los cinco primeros meses de 2021. 

La consecuencia inmediata ha sido un freno de las colocaciones globales o ventas de activos financieros. Aunque la buena noticia sigue siendo que las empresas más solventes han llegado preparadas al momento actual, rebajando la necesidad de saltar al mercado a cualquier precio. Veremos si mejora el escenario.