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El desafío de la protección de datos

Protección de datos

Para reflexionar sobre la importancia que está adquiriendo la protección de datos en el mundo, basta con que tomemos conciencia de a qué nivel exponemos cada día nuestra información más relevante en nuestra vida privada y profesional.  

Analizando los desafíos que este año nos va a plantear de nuevo la digitalización y dejando a un lado la geolocalización, los datos contemplan multitud de categorías especiales en los que se demanda una especial atención como puede ser la salud o la afiliación sindical. 

Los datos personales y su europeización  

El estado y la evolución de la privacidad en la sociedad actual es fiel reflejo de la evolución del sector empresarial y la Administración pública en lo que a digitalización se refiere, con unos saltos tecnológicos cada vez más frecuentes e inmediatos. 

Desde 1992, cuando se publicó la ya derogada Ley de regulación del tratamiento automatizado de los datos de carácter personal, se ha producido un importante progreso en la concepción del derecho fundamental a la protección de datos personales que actualmente sigue avanzando en el plano europeo gracias al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). 

Con cuatro años de vigencia, el RGPD ha situado la protección de datos como un derecho más familiar y significativo para los ciudadanos, a la vez que, desde las empresas, se ha tenido más en cuenta por múltiples factores: 

  • La sociedad ejerce más sus derechos, lo que significa que se reclamen más servicios para proteger la intimidad personal de cada uno. 
  • Concienciación gubernamental, en base al ejercicio coercitivo del Estado a través de las multas de la Agencia Española de Protección de Datos. 
  • La cobertura e interés de los medios de comunicación por una temática que está muy ligada a las nuevas tecnologías. 
  • Más profesionales de la privacidad, encargados de impulsar una cultura de protección de derechos en la sociedad y en las organizaciones. 

La cultura de la privacidad 

Un reto que aún debe de extrapolarse a todos los sectores ya que, aún con todo, a muchas empresas, pymes y Administraciones Públicas les queda camino por recorrer. Sobre todo, en lo que se refiere a la adaptación de un sistema normativo

Desde el Pacto Digital que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) lanzó el pasado año para promover la privacidad tanto en organizaciones públicas como en las privadas, son muchas las organizaciones que se han hecho eco de un compromiso que repercute directamente con el tratamiento de la normativa aplicable. 

Para tomar consideración, cabe resaltar que el RGPD contempla sanciones muy duras para quien infringe una de las normativas más sensibles de la Agencia Europea, pero también es lo suficientemente flexible como para permitir y favorecer el desarrollo de los negocios tecnológicos, digitales e innovadores en Europa, permitiendo a los países miembros seguir compitiendo frente a EEUU y Asia. 

Es por ello que el valor estratégico a largo plazo de la privacidad puede ser un elemento en el que apoyarse y del que beneficiarse. ¿Cómo? A través de esta tendencia de la que hablamos por la que la información de derechos es cada vez más usual en la sociedad y, por ende, en el mundo empresarial. 

Por último, la relación entre tecnología y privacidad es cada vez más permanente, lo que supone otro reto para saber aprovechar el impulso de la digitalización y su aprovechamiento en los negocios. Los fondos Next Generation, la implantación de la Inteligencia Artificial o el uso de Blockchain no dan tregua a la revisión permanente del uso legítimo de la privacidad.