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Decisión contra elección: ¿por qué rechazar una oferta laboral?

rechazar oferta laboral

El poder de decisión que alumbra a cualquier candidato laboral siempre se ha visto expuesto a un sinfín de necesidades que inclinan el peso de la balanza, casi siempre ante la afirmativa de una oferta que cumpla mínimamente con lo requerido. 

Aunque es cierto que en España no se ha producido una “Gran Dimisión” a la americana, muchas empresas de nuestro mercado sufren la misma consecuencia: la falta de trabajadores para sus puestos. Una crisis de talento que está llevando a algunos directivos a optar por salirse de sus organizaciones en búsqueda de una conciliación mejor, 

Y es que, como en otros aspectos, la concepción social se está transformando hacia un mundo menos premonitorio por lo que los candidatos tienen cada vez más capacidad de análisis y, por ende, un mayor poder de decisión. Ya no es tan raro rechazar una oferta de trabajo, pero hay que saber cuándo y por qué. 

Claves y clichés  

El proveedor internacional de soluciones de RRHH, Paychex ha elaborado un estudio donde se incluyen una serie de clichés de contratación que hacen que los candidatos opten por acabar rechazando un puesto de trabajo. 

Y es que existen ciertas frases empleadas por los contratadores o redactadas en la descripción del puesto que pueden adquirir connotaciones negativas. Por ejemplo, la cuestión de "la empresa feliz y familiar" que utilizan muchas empresas para ofertarse debe poner en actitud preventiva al candidato. 

Según el estudio, esta expresión puede ser una señal de alerta “porque podría significar un grupo demasiado dependiente de quien manda”. Las personas con alto desempeño lo son en organizaciones menos jerárquicas que favorecen la creatividad y la asunción de riesgos.  

Por ello, en tiempos en los que se busca flexibilidad y se valora más que nunca la responsabilidad, las recompensas basadas en resultados con cierta autonomía, frases como ésta identifican una cultura corporativa poco elegible. 

En este sentido, siempre conviene analizar cuál es exactamente el trabajo al que se va a optar, comprobando si existe la formación adecuada y si encaja con la experiencia obtenida o también si se trata de una opción profesional a corto plazo que luego no sea sostenible. 

También existía la posibilidad de que la empresa solicitante omitiera el rango salarial para un puesto. Uno de los aspectos que menos gustaba a los posibles candidatos y que en nuestro país ya no supone un problema. 

Esto es porque la Comisión Europea propuso este año una nueva normativa para fomentar la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Así, desde el mes de agosto, la ley obliga a publicar el salario en las ofertas de trabajo. 

Transparencia y tradiciones 

No es un descubrimiento decir que la transparencia es esencial a la hora de valorar un puesto de trabajo. Tanto por lo que supone como ahorro de tiempo como de posibles frustraciones imprevistas que se pueden evitar desde un principio. 

Un mercado laboral cada vez más exigente, exige (valga la redundancia) ser lo más explícito posible y no utilizar eufemismos en el momento de ofertar un puesto de trabajo. Hay que tener claro lo que se está ofreciendo e incorporar la mayor información posible. 

Otra de las claves a tener en cuenta tiene que ver con las expectativas que se puedan tener por una oferta laboral, que muchas veces son mayores que la oportunidad real que ofrece una empresa. Los sistemas de promoción y carrera profesional tienen un impacto negativo si no se gestionan adecuadamente.  

Ya hablamos de cómo influye una mala referencia para encontrar trabajo, pero de igual manera, la opinión de los propios profesionales o exempleados de las compañías puede ser fundamental para hacerse una idea aproximada de lo que podemos encontrar detrás de muchas ofertas de trabajo. 

Plataformas como Glassdoor o el propio Facebook, incluyen comentarios sobre la experiencia de contratación y el entorno laboral general en las que no se guardan opiniones negativas sobre el trato o la información recibida tras una entrevista, por ejemplo. 

De igual forma, se incrementa la competencia por el talento. Los profesionales se informan en el entorno digital acerca del empleador para elegir, y hay herramientas colaborativas que puntúan al empleador en diferentes facetas que acaban siendo elementos de decisión para el candidato.  

En definitiva, nos encontramos actualmente ante un mercado en el que el candidato maneja más información que nunca, haciéndose valer como buenas “capturas”. Los profesionales buscan empresas con valores semejantes a los suyos, como el filtro fundamental para encajar y crecer de forma sana y corporativa.