La normativa del registro horario para las empresas ha cumplido tres años en vigor y la mitad de las empresas siguen sin pasar una Inspección de Trabajo. Son datos facilitados por la ‘policía laboral’ a EL PERIÓDICO, que alegan causas que pueden ser desde no llevar al día el control horario hasta hacerlo de manera deficiente o tramposa.
Recordamos que la norma fue establecida con el objetivo de racionalizar los usos del tiempo en los centros de trabajo y poder poner un límite legal a las horas extras que no son abonadas. La realidad es que, hoy en día, la cifra es prácticamente igual a cuando se aprobó esta normativa en 2019.
¿Cuáles son sus causas? ¿Y las soluciones? Hablamos con Antonio Benavides, abogado y ex Inspector de Trabajo y Seguridad Social.
Dificultades para cumplir con el registro horario
Como en muchos otros sectores, la irrupción de la pandemia y su consecuente teletrabajo, han frenado el despliegue de una ley que ha cabalgado a tenor de las últimas normativas laborales.
Tanto sindicatos como Pymes han reconocido dificultades para hacer cumplir el registro. Los primeros por falta de representación y las segundas porque detectan que es una ley pensada para la gran empresa.
El retraso en la inspección de Trabajo en este ámbito responde, según el abogado y ex-inspector a la gran amplitud de materias de control, y más específicamente a la incidencia del gran número de ERTES en la pandemia que “ha motivado que no haya existido más actuaciones inspectoras de control, pese a que es una materia preferente de actuación según el programa estratégico de la inspección 2021-2023”, explica.
Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), referentes al primer trimestre del 2022, en España a la semana se trabajan un total de 6,6 millones de horas extra, de las cuales el 43,5% no se pagan.
Para Benavides, el tema de las horas extra “es muy complejo sobre el cómputo y configuración legal de su existencia”. Sobre si muchas empresas pueden estar aprovechándose de este hecho para no tener que pagar a sus trabajadores, justifica que los datos de la EPA en esta materia “no son objetivos pues se basan en datos no contrastados”.
“Evidentemente hay en algunas ocasiones en las que los excesos de jornada no se computan como horas extraordinarias por algunas empresas, pero no creo que se pueda generalizar esa situación”, afirma el ex inspector.
Trampas y sanciones
Desde septiembre del 2019 hasta mayo del 2022 los inspectores han detectado un total de 3.299 infracciones en materia de registro de jornada en toda España y han impuesto un total de 4,7 millones de euros en multas. Un balance más que modesto si se tiene en cuenta la ratio de los últimos 3 años.
Hablando de “trampas” y posibles tretas más utilizadas por las empresas, muchas de ellas suelen recurrir a un falso registro de jornada. En este sentido, según explica Benavides, los registros de jornada deben de realizarse “de forma que se garantice la realidad de los datos que reflejan”.
“En las actuaciones inspectoras además de comprobar la modalidad y garantía de realidad del registro, se suele efectuar entrevistas a las personas trabajadoras y verificar sus horarios por otros medios complementarios”, incide el experto.
Otros fraudes similares se producen cuando el trabajador ficha a la entrada, pero que se ‘desfichan’ automáticamente a la salida cuando pasan las horas ordinarias de jornada, o también mediante hojas de papel en las que el empleado se limita a firmar las horas marcadas por un superior.
Por ello nos preguntamos, ¿hacen falta medidas más contundentes en lo que se refiere al registro horario? Benavides lo tiene claro. La sanción por multa puede llegar a los 7.500 euros, un importe que, en función del tamaño de la empresa “puede ser disuasorio o no del incumplimiento” según expone, por lo que no cree que sólo por la vía de la sanción se resuelva el problema. “Hay que incidir en otras vías de control”, recalca.
¿En qué sectores se pagan menos las horas extra?
Como ya imaginaremos, no en todos los sectores se alarga con igual frecuencia la jornada y, mucho menos, se paga siempre esa prolongación de horas trabajadas. De hecho, hay sectores como el de la banca en el que las horas extra están asociadas a trabajar “por amor al arte”.
Es también el caso de las actividades inmobiliarias, los profesionales de la información o las trabajadoras del hogar, entre otros. En todos estos sectores más del 90% de las horas extras son no remuneradas ni compensadas de ningún modo. Algo que supone un problema para los sindicatos a la hora de negociar subidas salariales.
Por ello, el registro de jornada se torna fundamental. Y es que la normativa laboral no dice nada específico sobre cómo debe ser el registro de jornada, por lo que en principio es válido cualquier sistema siempre y cuando sea fiable.
No obstante, ya han salido a la luz recientes sentencias que invalidan el registro de jornada en papel al determinar que el formato del registro debe ser telemático. Una decisión en firme con la que el ex inspector de Trabajo está de acuerdo.
“El criterio de la Audiencia Nacional ha sido considerar no válido un registro en formato papel en el que las horas de entrada y salida ya estaban predeterminadas y la persona trabajadora lo único que realizaba era firmar el registro”, algo que según entiende Benavides, implicaba un “registro no real”, por lo que de cara a la seguridad jurídica y a la gestión del registro “es recomendable utilizar modalidades de registro informático o telemático”, concluye.
