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La empresa micromultinacional: un nuevo desafío

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Impulsar la rentabilidad de las grandes empresas entrando en nuevos mercados es una variable de la internacionalización que ha primado, desde hace tiempo, la democratización de las nuevas tecnologías en base a una creciente globalización. 

Ahora, un nuevo tipo de empresa: la micromultinacional, está desafiando la antigua forma de hacer negocios, sujeta a la vía tradicional de establecer una posición fuerte en el mercado local antes de expandirse en el extranjero. 

Y es que, expandirse a nuevos mercados en una fase temprana del ciclo natural de la empresa, puede convertir las oportunidades en garantías de éxito. Una expansión más rápida e ingeniosa que está cambiando la cara del comercio mundial, desafiando a los actores más grandes y globales.  

Ventajas competitivas 

La aparición de este especial modelo de empresa no es nueva. Ya en el Consejo Europeo de Lisboa de 2011 se definía a la “pequeña, mediana o microempresa que se inicia sola, que se autogestiona y que aprovecha internet y la aparición de las plataformas de negocio en línea para acceder en los mercados globales con un mínimo de burocracia y gastos”; con esta terminología. 

Representa, en sí mismo, la consecuencia lógica de evolución del concepto empresarial en la era digital; en la que basta contar con las herramientas adecuadas para dotar a cualquier empresa de un carácter global. Incluso el negocio más pequeño tiene actualmente acceso (a un coste reducido) a innovaciones informáticas y en comunicaciones que estaban vetadas para las Pymes hasta hace apenas unos años. 

No obstante, cada vez es más frecuente ver también a grandes empresas multinacionales que han experimentado un rápido crecimiento, en pocos años, con una estructura corporativa más pequeña y una gran flexibilidad en su forma de operar. 

Para ello, como decimos, entrar en nuevos mercados en una fase temprana tiene varias ventajas. Según un estudio de la multinacional de servicios financieros HSBC, la internacionalización puede contribuir a aumentar significativamente los beneficios de las empresas que ya son rentables en su propio mercado.  

En primer lugar, las empresas que optan por este camino pueden beneficiarse de mercados que tienen tasas de crecimiento muy superiores a las del mercado español. Mientras que el PIB español tiene un crecimiento este año, de en torno al 4%, hay países europeos que están creciendo de forma constante al 8% o incluso por encima del 10%. 

En segundo lugar, la flexibilidad para cambiar de mercado a la hora de producir y vender es una gran ventaja competitiva en un contexto marcado por la inflación y los cambios en los costes, así como la disponibilidad de mano de obra y de proveedores locales.  

Internacionalización en un marco de incertidumbre 

Al hilo del contexto actual de crisis económica marcada por la guerra en Ucrania y sus consecuencias en la UE, las empresas que quieren internacionalizarse tienen en cuenta, lógicamente, los retos geopolíticos que acontecen en el comercio mundial. 

Tras el rápido crecimiento experimentado después de los meses más duros de pandemia, con un 25% en 2021, los bienes y servicios a nivel global volvieron a ralentizarse en el primer trimestre del año, con problemas de suministros derivados de la guerra. 

Muchas empresas han tratado de evitar este desgaste recurriendo a proveedores locales o a países más cercanos. Así, según asegura el estudio de HSBC, la elección del proveedor adecuado en el mercado puede evitar muchos problemas en el futuro, ya que la interrupción de los proveedores seguirá caracterizando el comercio mundial durante un tiempo.  

Teniendo en cuenta estos factores, analizar el mercado local al que querer dirigirse (sistema fiscal, normativa de repatriación, estabilidad económica y monetaria o tipos de interés locales, entre otros) será fundamental para identificar los mejores y más fuertes flujos comerciales. 

La decisión de entrar en un nuevo mercado, a pesar de las facilidades tecnológicas de hoy en día y el potencial de crecimiento que ofrece a las empresas, siempre es categórica. En un entorno plagado de incertidumbres, tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a las variaciones del mercado es vital para tener una exitosa estrategia de internacionalización.