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Economía digital en España: hábitos adquiridos

Economía digital

El impacto estructural que ha generado la pandemia en el nivel de digitalización de la economía mundial va a tener una repercusión trascendente en el tiempo que va a delimitar nuestras acciones hacia un mismo sentido.

¿Qué significa esto? Nada más y nada menos que los hábitos adquiridos en estos dos últimos años se van a mantener, por si quedaba alguna duda. Ahora de lo que se trata es de saber si con el fin de las restricciones y la previsible recuperación económica, se va a contribuir a normalizar estos valores.

¿Cómo cuantificar los cambios?

La Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), en colaboración con la multinacional Boston Consulting Group (BCG), ha publicado la segunda edición de su informe sobre Economía Digital en España.

El objetivo es analizar el impacto del Covid-19 en el nivel de digitalización de la economía española, así como profundizar en dos aspectos clave para la recuperación económica: la digitalización de las pequeñas y medianas empresas y el impulso del talento digital.

La realidad es que, a día de hoy no es posible cuantificar la parte estructural de los cambios originados durante la pandemia, aunque sí se pueden intuir algunas tendencias en sectores concretos, entre los que se pueden destacar:

  • Sectores en los que el porcentaje de digitalización ha crecido como consecuencia de un aumento del gasto operativo digital (ordenadores portátiles para teletrabajar, software de almacenamiento de datos…) así como un incremento de la adopción de canales digitales (banca online, deliverys...etc.).

En estos casos, los sectores en los que más ha caído la facturación han experimentado un mayor incremento de la digitalización en términos porcentuales, al ser menor su contribución al PIB.

  • Sectores en los que el porcentaje de digitalización se ha mantenido o ha caído como consecuencia de un menor tráfico presencial o una caída de la inversión digital estructural. Suelen ser los especialmente afectados por las restricciones a la movilidad y el cierre de establecimientos, que no han tenido más remedio que posponer sus planes de inversión digital, para dedicar toda la liquidez disponible a cubrir los gastos operativos esenciales y garantizar la continuidad del negocio.

No hay que olvidar que la digitalización es un pilar de la recuperación económica de España como base de su futura competitividad. En particular, la digitalización de las Pymes y el impulso al talento digital como dos de los elementos más importantes para que la transformación digital se lleve a cabo de forma efectiva.

Evaluación del impacto económico-digital

La digitalización de la economía española alcanzó el 22% del PIB en 2020, tres puntos porcentuales más que en 2019. La intensificación de la aceleración digital por las restricciones provocadas por el Covid, la reducción de inversiones estructurales en transformación digital y la caída del PIB son los tres factores que explican este resultado.

La aceleración digital del año que marcó la pandemia se basa en tres puntos clave: la adopción del teletrabajo en numerosos sectores de la economía, el uso de los canales digitales como medio preferente para establecer la relación con los clientes y el incremento de la adopción digital por parte de los usuarios.

Para hacer todo ello posible, las diferentes compañías se han visto obligadas a incrementar el gasto operativo relacionado con la digitalización, ya sea abriendo una página web, equipando a sus empleados, vendiendo a través del comercio electrónico, o incorporándose a agregadores digitales.

No obstante, este efecto positivo se ha visto parcialmente contrarrestado por una reducción de las inversiones estructurales en digitalización, especialmente en las pequeñas empresas. En un contexto de caída de ventas de hasta el 70% y de cierres de establecimientos, las Pymes han limitado al máximo los gastos e inversiones no imprescindibles para proteger su liquidez.

Por último, al aumento de digitalización en términos absolutos se une una caída del PIB de un 10,8% en 2020, lo que ha determinado un incremento de la digitalización porcentualmente mayor. Este crecimiento, por tanto, supone una nueva aceleración del sector, siguiendo la tendencia observada el año pasado.