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Cómo han revolucionado los contratos inteligentes el mundo jurídico

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Que cada vez lo analógico se entienda mejor con el filtro digital ya no es noticia. Uno de los últimos ejemplos lo encontramos en la redacción de contratos que no están sujetos a palabras, sino a códigos informáticos cuyo cumplimiento depende de un software. 

Aunque actualmente aún no existe una regulación específica para contratos inteligentes, los llamados ‘smart contracts’ cada vez son más frecuentes debido a su implicación y utilidad en sectores como seguros o vivienda. 

¿Cómo funcionan los ‘smart contracts’? 

Así es como, en poco tiempo, el sector jurídico ha dado un vuelco a su forma de operar en este sentido. El funcionamiento de los contratos inteligentes se basa en un programa que permite que se ejecute una orden preestablecida cuando se cumplen una serie de requisitos. 

Todo ello a través de la tecnología blockchain, lo que implica que los términos se almacenan en una base de datos que no se puede modificar, evitando así malentendidos, alteraciones o manipulaciones. 

Los ‘smart contracts’ ofrecen la posibilidad de suscribir un acuerdo con un tercero que se ejecutará de manera autónoma e independiente de la intervención de las partes, mediante una serie de condicionantes

Estos pueden depender de quien lo acepta (como realizar un pago o dejar de hacerlo a una fecha), o de un elemento externo (sanciones automáticas cuando una mercancía llegue más tarde de una fecha a un destino, por ejemplo).  

A la hora de hacer una transacción, estos contratos destacan por tener un protocolo de ejecución transparente y verificable, antes, durante y después la consumación del negocio y, por lo tanto, facilitan una alta seguridad sobre el cumplimiento de los términos acordados, puesto que, cuando está bien realizado, es inviolable para las partes comprometidas. 

Aplicación en otros sectores 

Otro de los ámbitos de aplicación de este tipo de contratación es el del transporte de mercancías, puesto que es un tipo de formulación que puede emitir una autofactura a favor de un proveedor y ejecutar su pago si este va cumpliendo los puntos programados. 

Algo parecido al sector inmobiliario cuando, en el mercado del alquiler, la tecnología blockchain permite que se devuelva automáticamente la fianza al inquilino al dejar el inmueble en las condiciones establecidas, evitando así, fraudes y abusos. 

Por último, también nos encontramos el ejemplo del sector de la banca, donde este tipo de contratos prometen una nueva transformación. Entre otros servicios, podemos pensar en las herencias, que podrían automatizarse estableciendo la asignación de activos tras el fallecimiento del titular. 

Como decimos, aunque no existe una regulación específica de los ‘smart contracts’ deben ser considerados jurídicamente válidos, ya que, actualmente se interpretan como una evolución del contrato electrónico, el cual se ha consolidado en diversos sistemas legales.