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El Blockchain como base de la web 3.0

Blockchain web 3.0

El gran salto tecnológico que ha evidenciado la aparición del Blockchain en los últimos años se puede comprobar con la importancia que han cogido las criptomonedas o los NFTs en el sector financiero y digital más actual. 

Aún con las dudas surgidas en su sistema de creación descentralizado, este mecanismo ha llegado para quedarse y su captación de fondos persigue llegar a todos los estamentos generando incluso la posibilidad de una nueva forma de contabilidad. 

'Smart Contracts' basados en Blockchain 

Comparado incluso con el mismo internet, tanto por lo revolucionario de sus prestaciones como por su dinámica adopción, el Blockchain es realmente la base tecnológica que dará soporte a la evolución de la denominada web 3.0. 

Esto es porque la operativa basada en una red descentralizada permite al usuario acceder a buscadores, bases de datos o servicios, sin tener que depender de otros servidores, lo que al final, se traduce en una forma de navegar más segura, privada y mejor conectada. 

En este sentido, entran en juego los ‘smart contracts’ o contratos inteligentes, que ofrecen la posibilidad de suscribir un acuerdo con un tercero que se ejecutará de manera autónoma e independiente de la intervención de las partes. 

¿Cómo? Pues tan simple como cumplir una serie de condicionantes que pueden depender de quien lo acepta (como realizar un pago o dejar de hacerlo a una fecha), o de un elemento externo (sanciones automáticas cuando una mercancía llegue más tarde de una fecha a un destino, por ejemplo). 

A la hora de hacer una transacción, estos contratos destacan por tener un protocolo de ejecución transparente y verificable, antes, durante y después la consumación del negocio y, por lo tanto, facilitan una alta seguridad sobre el cumplimiento de los términos acordados, puesto que, cuando está bien realizado, es inviolable para las partes comprometidas. 

Hacia un nuevo internet 

Al final, como hablamos, las propiedades del Blockchain definirán un nuevo uso de internet, que dejará de ser una conexión de acceso y localización de información basada en HTML, pese a la interactividad que ha supuesto la nube o las redes sociales para ser usuarios participativos. 

Y es que en la web 2.0, nos vemos sometidos a pagar el precio de la centralización en la que se controla toda la información a la hora de ofrecer campañas de márketing o monetización de datos personales, por ejemplo.  

Así, mediante la aplicación de las utilidades descentralizadas del Blockchain, se podrá alcanzar una web 3.0 con propiedades colaborativas en base a la Semantic web, que recibe este nombre por su capacidad de filtrar los datos disponibles y ofrecer al usuario la información que considera más apropiada mediante inteligencia artificial (IA) que permita al sistema interpretar el significado detrás de los datos, que es semántica. 

Aceptando que la web 3.0 supone un cambio inevitable por la transformación que implica la evolución del mundo digital, sabemos también que existen grandes posibilidades para mejorar la competitividad y eficiencia de los medios, pero también asociados a riesgos que deben contar con recursos fiables de protección.