Septiembre ha sido un mes en el que se ha ido reestableciendo progresivamente la “nueva normalidad”, término que hemos ido adquiriendo como familiar desde que la pandemia del COVID sobrepasara todos los límites imaginables para la ciudadanía.
Actualmente, la vuelta a la actividad presencial inunda debates y artículos de opinión, además de ser un tema ineludible en los pasillos para los miles de trabajadores que han tenido que colgar su atuendo casero para recuperar de nuevo el traje y lidiar con las vicisitudes del tráfico para llegar a la oficina. Lejos quedan ya esas imágenes de calles desiertas y de animales apareciendo en algunas zonas urbanas atraídos por un descenso de la contaminación y de la actividad humana.
Según un estudio sobre el Futuro del Trabajo elaborado por LinkedIn, el 40% de los españoles prefiere un modelo híbrido de trabajo, que combine la asistencia presencial y el teletrabajo. Este mismo estudio constata que el 73% de los trabajadores quiere mantener la flexibilidad horaria y un 69% valora la posibilidad de decidir el lugar desde el que quiere trabajar.
A pesar de estas cifras, la realidad es otra. Muchas empresas han apostado por el retorno presencial y las que aún no lo han hecho, es muy probable que una vez que se declare finalizada la situación pandémica en nuestro país, intenten quedar por debajo del límite fijado por la Ley del Teletrabajo para evitar su aplicación que, como recordamos, incluye entre otras la obligación de sufragar los costes de la electricidad al trabajador, en un contexto especialmente sensible en el que el precio de la luz está batiendo récords históricos.
Menos días de teletrabajo para los funcionarios
Esta tendencia en el sector privado se extiende también al sector público. El Gobierno ha adoptado una resolución para que el teletrabajo en la Administración General del Estado (AGE) se restrinja como máximo a un día a la semana (un 20% de la jornada). Esta medida entrará en vigor a partir del mes de octubre.
La resolución adoptada introduce, como excepciones, los siguientes casos:
- que se pueda desarrollar el 100% de la jornada en la modalidad telemática en casos de personas con cáncer o inmunodeficiencia;
- por motivos de cuarentena;
- en zonas en las que se produzca un repunte o nuevas olas del Covid, y;
- en el personal en el Exterior en determinadas circunstancias.
No obstante, fuentes del Ministerio de Hacienda y Función Pública han precisado que esto sólo será temporal, hasta que se apruebe el Real Decreto que recoge el acuerdo que se firmó en abril con los sindicatos para que los empleados públicos de la AGE puedan teletrabajar tres días a la semana de manera telemática y dos en modo presencial.
Desconexiones durante el teletrabajo: ¿causa de despido?
Una de las reticencias que encuentras las empresas a la hora de implantar el teletrabajo es la ausencia de control del trabajador o de un sistema que pueda medir su rendimiento. Destacamos en este sentido una reciente sentencia del juzgado de lo Social de Santander que declara la improcedencia del despido de un trabajador en un caso en el que la empresa plasmó en la carta de despido que este no cumplía con las horas establecidas por contrato debido a reiteradas “desconexiones del sistema”.
El trabajador, por su parte, alegaba que las desconexiones del sistema se debían a causas ajenas a su voluntad, totalmente involuntarias. En este caso, el juez da la razón al trabajador al no haber quedado acreditada la voluntariedad en la desconexión, además de no constar ninguna advertencia previa de la empresa para corregir la supuesta “desconexión voluntaria”.
