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Síndrome del burnout: más allá del estrés laboral

Síndrome del burnout

El burnout en el terreno laboral se ha identificado desde hace unos años como un síndrome de desgaste profesional. Literalmente traducido como “estar quemado”, suele ser la respuesta que da un trabajador cuando percibe la diferencia existente entre sus propios ideales y la realidad de su vida laboral.  

Se desarrolla, generalmente, en las profesiones de ayuda y de interrelación social frecuente y hace referencia a la cronificación del estrés laboral que da lugar a una sensación de agotamiento generalizado.  

Principales síntomas y consecuencias del burnout laboral 

En la actualidad, con todo el proceso que profesionalmente hemos pasado con la pandemia, la realidad se ha traducido en distintos niveles organizativos que, aunque han aliviado la presencialidad, no han disminuido la presión que muchos trabajadores tienen que soportar. 

El síndrome del burnout o del “trabajador quemado” se entiende como una forma inadecuada de responder ante el estrés laboral crónico, presentando una serie de conductas y sentimientos negativos hacia la gente con la que el trabajador contacta a diario. 

Una sensación latente que se une a la de sentirse agotado emocionalmente. Así, se puede manifestar, principalmente, dando los siguientes síntomas

  • Agotamiento emocional 
  • Despersonalización o conductas negativas hacia usuarios y compañeros 
  • Sentimientos de baja realización personal 

Todos estos síntomas derivan es un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. Es un proceso en el que progresivamente el trabajador sufre una pérdida del interés por sus tareas y va desarrollando una reacción psicológica negativa hacia su ocupación laboral.  

Características básicas  

En sus orígenes, el síndrome del trabajador quemado fue identificado en aquellas profesiones que están en relación con el trato al público y clientes (denominado también exposición social). Sin embargo, puede darse en cualquier profesión

Esto es porque hoy en día hay un mayor riesgo de padecer el síndrome de burnout cuando existe una gran discrepancia entre las expectativas laborales del trabajador y la realidad de las tareas a las que se enfrenta día a día, así como en posibles ambientes o relaciones laborales conflictivas. 

Lo que hay que dejar claro es que el burnout no es estrés laboral, sino que es una forma desadaptativa (o sin aparente justificación) de responder ante el mismo. Por ello, a diferencia del estrés, solo se entiende este síndrome dentro de un contexto laboral. 

¿Cómo afrontar y prevenir el síndrome de burnout? 

Cuando nos encontramos con un caso como el descrito, que evidencia sus propias características en base a los factores de riesgo que la definen (baja tolerancia a la frustración y a la exposición al estrés), las medidas preventivas son similares a aquellas necesarias para manejar situaciones de desgaste laboral.  

Para conseguir revertir una situación de burnout es crucial identificar y modificar las condiciones de trabajo que lo han producido. Además, en casos de exposición prolongada puede ser necesaria una reubicación del trabajador, un asesoramiento psicológico o acompañamiento en el puesto para rectificar los hábitos adquiridos. 

Si analizamos al trabajador que padece esta situación, se pueden evitar daños tanto a su salud mental como en el futuro desarrollo profesional a la hora de recuperar un trabajador eficiente, motivado y sano. 

Como en la mayoría de estos casos, la prevención es posible y además se puede minimizar y eliminar el riesgo a través de la creación de programas que creen un ambiente óptimo dentro de la organización.