La Comisión Europea (CE) ha propuesto recientemente una estrategia que pretende llevar a cabo el próximo verano con el fin de agilizar la contratación de mano de obra cualificada de terceros países en el marco de la Unión Europea.
La iniciativa pretende facilitar la llegada de profesionales en sectores demandados de cara a agilizar los trámites y rebajar los costes que asuman las empresas a la hora de contratar. Para ello, se deberá transformar el marco legislativo referente a los permisos de trabajo y residencia. Lo analizamos.
La primera plataforma comunitaria destinada a buscar oportunidades
La Unión Europea está empeñada en atraer mano de obra cualificada y con habilidades profesionales demandadas en Europa. El Ejecutivo comunitario pretende lograr este objetivo a través de una serie de cambios en las normas comunes que se aplican a los permisos de residencia y de trabajo para ciudadanos extracomunitarios.
De hacerse realidad, se convertiría en la primera plataforma comunitaria destinada a dotar a la UE de mayor atractivo para terceros países que buscan oportunidades. Por ello, el organismo europeo apela a la “necesidad urgente" de facilitar el acceso al mercado laboral de mano de obra cualificada con especial énfasis sobre los refugiados de la guerra de Ucrania.
En este sentido, la Comisión Europea ya ha presentado esta serie cambios, con el objetivo de hacer atractivas las vías legales de migración y captar personal de talento y altamente cualificado para cubrir las necesidades del mercado laboral de la UE.
Medidas a efectuar
En la rueda de prensa para la presentación de esta propuesta, la comisaria de Interior de la CE, Ylva Johansson, destacaba una de las medidas más importantes a implementar que tiene que ver con el permiso de residencia de larga duración, de cara a que el migrante pueda acumular el tiempo de residencia consecutiva en distintos Estados miembros para completar el periodo de cinco años necesario para optar a él.
Recordemos que, hasta ahora, el ciudadano perteneciente a terceros países perdía el tiempo acumulado trabajando en un país de la UE si se desplazaba a otro, mientras que si sale adelante la reforma no solo podrá sumar sus estancias en distintos destinos, sino que se deberá incluir en el cómputo, también los periodos como estudiante.
Además, para evitar "abusos de empleadores", como lo han denominado desde la UE, el migrante legal no perderá el permiso único si cambia de trabajo ni se le podrá retirar en caso de desempleo durante un mínimo de tres meses.
En este sentido, otras de las claves de la propuesta pasan por incluir nuevas disposiciones sobre las sanciones a los empleadores en caso de violaciones en las condiciones de trabajo y sobre la libertad de asociación y acceso a las prestaciones de Seguridad Social, así como la introducción de mecanismos de reclamaciones.
Por otra parte, los Estados miembros tendrán que aceptar las solicitudes realizadas, tanto en el Estado miembro de destino como desde un tercer país. De la misma forma, el límite de cuatro meses para emitir una decisión deberá abarcar también la expedición del visado de entrada requerido y el tiempo necesario para la realización de comprobaciones sobre la situación del mercado laboral.
Por ello, se ha apuntado la necesidad de facilitar la instalación de estos migrantes de manera indefinida en la UE, por ejemplo, simplificando y agilizando los trámites para obtener el permiso único que posibilita disponer del permiso de residencia y trabajo al mismo tiempo.
La Comisión valora que cada año, llegan "de manera legal" entre dos y tres millones de ciudadanos de terceros países, frente a las menos de 200.000 personas que lo hacen por vías ilegales. Sin embargo, sólo una minoría de los extracomunitarios que llegan por rutas legales llegan a tramitar la residencia a largo plazo en la Unión Europea.
Un motivo que preocupa y mucho en el marco de la UE, ya que las necesidades demográficas del bloque dependen de una población cada vez más envejecida y con una clara necesidad de importar esta mano de obra cualificada.
