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La neobanca digital, la opción favorita por los jóvenes

Neobanca banca tradicional

Hace tan solo unas pocas semanas, los medios se hacían eco de una campaña organizada por Carlos San Juan, un hombre de 78 años y promotor de la campaña “Soy mayor, pero no idiota” que consiguió reunir más de 600.000 firmas para reivindicar un trato más humano de la banca a los mayores afectados por la exclusión digital. Esta campaña se sustentaba también en el cierre de sucursales derivada de la transformación digital de la banca que ha llevado a la exclusión financiera a este grupo de la población.

Frente a esta realidad, nos encontramos con la otra cara de la moneda, esto es, casi el 30% de los jóvenes son asiduos a la banca digital, aquella que no cuenta con oficinas físicas y cuyos trámites se realizan de manera 100% digital. Aquí nos encontramos con dos grupos de población antagónicos en lo que a nivel de digitalización se refiere.

Esta digitalización tan acelerada ha dejado fuera a la generación de nuestros abuelos, acostumbrados a ir al banco a hacer todas sus gestiones, sin hablar del vínculo de confianza que se creaba entre ambas partes. Por este motivo, y fruto de la repercusión mediática que ha tenido esta campaña, el Gobierno se ha comprometido en trabajar en un Plan para atajar la exclusión financiera de los mayores.

Sin ir más lejos, las patronales del sector bancario y el Gobierno acaban de ampliar el protocolo con el que se comprometen, en un plazo de seis meses, a garantizar la atención de los colectivos vulnerables, entre ellos el de los mayores de 65 años, como es la ampliación del horario de atención en oficina con un canal preferente para los más mayores, el refuerzo de la atención telefónica personalizada sin coste y más formación. Por su parte, el Gobierno ha anunciado que lanzará en marzo el anteproyecto para crear la Autoridad de Protección al Cliente Financiero.

¿Puede convivir la neobanca con la banca tradicional?

En una entrevista publicada en este medio a Juan Manuel Dulanto, Country Manager en la fintech “Finastra, planteamos una cuestión muy similar. Según el experto, “va a haber un cambio en los métodos tradicionales de la banca, no sólo debido a que las instituciones financieras están racionalizando sus operaciones incluyendo menos sucursales bancarias o más clientes que utilizan métodos digitales para comunicarse con sus bancos, sino también a que los clientes están más capacitados para impulsar el cambio”. No obstante, finalizaba su intervención recalcando que “aunque la transformación digital es un imperativo, no será tan rotundo y que siempre existirá hueco para el trato personalizado”.

Por tanto, vemos que hay una postura que defiende la convivencia de ambos modelos ya que deben dirigirse a segmentos de población distintos, que aún no han integrado la tecnología en su vida o que la fase de adaptación y/o aprendizaje es distinta. En este sentido, la “neobanca” se ha erigido como la principal competidora de la banca tradicional por ser más barata, simple e inmediata. En este sentido, según un estudio de Smartme Analytics, los neobancos acaparan el 29% del mercado de la banca digital en España, siendo los jóvenes sus principales clientes.

¿Cuáles son los principales “neobancos” que operan en la actualidad?

Aunque comenzaron siendo una app que solo ofrecía un servicio de método de pago, luego siguieron creando cuenta nóminas, si bien el siguiente objetivo de muchos neobancos es poder dar crédito a sus clientes.

Algunos de los principales neobancos que operan en la actualidad son Revolut, N26 y Rebellion Pay. Estas tres entidades son las que dominan el mercado español, siendo la primera la que más cuota de mercado presenta con un 10%.

Todos estos “neobancos” comparten una serie de ventajas: su foco consiste en ofrecer una mejor experiencia a los clientes, a tan solo un click, con más cercanía a través del móvil o de otros canales no presenciales y su énfasis en la transparencia y libres de comisiones.

Veremos en un futuro no muy lejano cómo evoluciona la neobanca atrayendo a clientes de otras generaciones inmersos en este proceso de transformación digital acelerado desde la pandemia, a la vez que supondrá un reto la convivencia de este modelo con la presencia de la banca tradicional, comprometida ahora con impulsar medidas para mejorar la atención personalizada y de calidad a los colectivos más vulnerables -como las personas mayores de 65 años- con el objetivo de que la transformación digital, por muchos beneficios que reporte, no deje, en este caso, a nadie atrás.