Desde que a mediados de 2021 los precios empezaran a dispararse por motivos que a todos nos resultan familiares a estas alturas, cada vez son más los expertos que ven dentro de los márgenes empresariales uno de los posibles culpables al auge de los precios.
Un nuevo escenario que explicaría el porqué de esta evolución continua en la subida de costes que esta obligando a muchas familias a reajustar su economía. ¿Están aprovechando las empresas la inercia negativa para elevar su margen de beneficio?
El caso estadounidense
Para analizarlo nos hacemos eco del artículo de El Economista donde desgranan los llamativos casos que han llamado la atención mediática en EEUU, con empresas que utilizan perturbaciones inusuales como excusa para subir los precios de sus bienes y servicios, lo que les permite ampliar sus márgenes de beneficio.
Y es que detrás del término 'excusaflación' hay una serie de datos que apuntan en esa dirección ya que los márgenes de beneficio de las empresas estadounidenses están alcanzando tras la pandemia niveles que no se veían desde después de la Segunda Guerra Mundial en sectores y empresas de todo tipo.
Se trata de negocios que han visto una ventana abierta, primero con la crisis sanitaria global y después con la guerra de Ucrania. Un relato, el de la escasez o el aumento de costes que ha servido en ocasiones de coartada.
El fenómeno, según los expertos, se sustancia en dos pasos:
- primero, subir los productos con algún pretexto puntual y empezar a averiguar cuánto aguanta el consumidor.
- segundo, el efecto conjunto: si todas las empresas lo hacen y se justifican con la misma razón, el relato parece indiscutible.
Un ejemplo reciente a nivel mundial lo encontramos en la multinacional de refrescos Pepsi, que, con esta dinámica, sube los precios de manera secuencial para compensar las pérdidas de volumen de ventas en Rusia tras la invasión de Ucrania.
Una excusa que nada tiene que ver con la narrativa convencional que nos ha traído la inflación, causada por una guerra que ha sacudido los mercados de materias primas clave, en particular el petróleo, el gas y el trigo.
Concentración empresarial y situación europea
La concentración empresarial en el que esta nueva “moda” pone el foco, tiene que ver con la paradoja de una inflación en una economía competitiva como es la estadounidense pero que, al mismo tiempo, es una economía altamente concentrada en la que las grandes empresas son las que fijan los precios.
Una posibilidad real y factible, si las grandes empresas aseguran estar a prueba de una recesión. Sus carteras de productos son tan versátiles y su gestión de ingresos está tan perfeccionada que disponen de un manual para asegurarse de que los clientes les sigan también en tiempos difíciles.
A nivel europeo, el aumento de los márgenes de beneficio está ocurriendo también dentro de la Eurozona, debido al predominio de los mercados de competencia imperfecta donde las empresas deciden los precios y amplifican la inflación provocada por los choques de oferta.
Así, sería de nuevo evidente comprobar que la mayor parte de la inflación proviene por un aumento de los costes, pero otra parte es también producto de unos márgenes mayores. Un hecho al que no es ajeno el Banco Central Europeo (BCE).
Un organismo desde el que algunos directivos también hacen alusión a este fenómeno, explicado como un desajuste entre oferta y demanda asociados inicialmente con la pandemia y, posteriormente, con la reapertura sostenida de la economía de la zona del euro durante el último año.
Esta claro, que estas medidas solo pueden ser temporales por mucho que, a corto plazo, signifiquen un beneficio neto a nivel comercial pero que si se dilata en el tiempo podría suponer una presión inflacionista insoportable.