Pasar al contenido principal

El Golden Quarter más inquietante de los últimos años

Golden Quarter

El consumismo ha llegado de nuevo a nuestros hogares. Por si acaso alguna vez se había ido. La llegada de la pandemia arrasó nuestras costumbres más primarias en el último trimestre del pasado año, desolando al comercio local, cuya cuota de mercado sufrió una caída sin precedentes.

El llamado Golden Quarter, como se llama a esta última parte del año que aglutina las campañas más esperadas por el sector comercio, tiene lugar en el cuarto trimestre del calendario anual.

La menor incidencia del virus gracias a la vacunación ha provocado que estos meses cojan de nuevo la relevancia que las fechas propician, con campañas tan jugosas como el Black Friday, el Cyber Monday o la Navidad que animan a la población a un aumento del gasto.

Objetivo: recuperar la confianza del consumidor

Al tratarse de la época más relevante para el consumo, el aumento de la confianza de los consumidores constituye una de las claves para el comercio, sobre todo el local, de quien dependen gran parte de sus ventas. Con el fin de las restricciones presenciales, el sector se enfrenta ahora a una nueva dificultad: una crisis de desabastecimiento global que amenaza su recuperación definitiva.

La capacidad de las empresas para dar respuesta al consumidor y llegar a tiempo al momento clave de la temporada es clave para lograr el éxito esperado después de unos meses sujetos al e-commerce de las grandes distribuidoras.

Para buscar el sentido que explique esta crisis de suministro tenemos que entender que la producción se suele concentrar en pocos mercados, lo que repercute en la poca capacidad de reacción ante emergencias de este tipo. Cuando se juntan los tres ingredientes fatales: escasez de productos, retrasos en envíos e incremento de precios; la tormenta está asegurada.

Cuando hablábamos de lo que podíamos esperar del Black Friday de este año, explicábamos el problema que supone tener los puertos de mercancías saturados. Ocasionado por el cierre los últimos meses de 8 de los 10 puertos más activos del mundo, ya sea por la pandemia como por las inclemencias meteorológicas de los mares asiáticos.

La parte positiva de este escenario es el optimismo reinante en la mayoría de los consumidores, que ven como después de las dificultades del año pasado, tienen una situación económica más favorable y parecida al periodo prepandemia.

En este sentido, el índice del consumidor (ICC) marcaba datos esperanzadores de cara a esa recuperación, con 97,3 puntos el pasado mes de octubre que suponen el doble que hace un año. Asimismo, el aumento de las expectativas se sitúa en 109 puntos por parte de los consumidores, según publica el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

La amenaza del desequilibrio económico

Aún con la confianza generada en el consumidor, la subida de precios y la escasez de mano de obra puede terminar lastrando el crecimiento de las empresas de cara a coger aire para un nuevo ejercicio a partir de enero. El INE muestra un aumento de precios de un 5,6 % en noviembre, respecto al año anterior. Se trata del nivel más alto del IPC desde septiembre del año 1992.

El aumento del coste en energía y combustibles tampoco han ayudado con la presión que ejerce la inflación en estos casos. La necesidad de blindarse por parte de las empresas va a marcar las próximas fechas de cara a hacer frente a la embestida de necesidades de un consumidor cada vez más exigente.