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Impulso a la diversidad e inclusión en las grandes empresas españolas

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Las grandes compañías españolas, entre las que se cuentan aquellas cuya facturación anual es superior a los 1.000 millones de dólares, dedican de media 3,8 millones a iniciativas de Diversidad e Inclusión (D&I). 

Es el principal dato que recoge el estudio Mind the Gap series: Insights from Global Employment leaders publicado por el despacho de abogados Baker McKenzie, donde han participado 900 directivos responsables de once jurisdicciones diferentes, entre ellas España. 

¿Es efectivo el gasto en estos ámbitos? 

Para coger conciencia, el gasto medio por empresa destinado a diversidad e inclusión supone un 0,047% de la facturación de las compañías a las que pertenecen los directivos españoles encuestados en el estudio. 

No obstante, con una lupa de gran escala, podemos destacar ciertos avances en esta materia. De hecho, el 92% de los directivos encuestados creen que los programas de D&I son efectivos, aunque la mayoría de las organizaciones todavía están centradas en prioridades como la sensibilización respecto a contratar y retener talento diverso y el aumento de la diversidad a nivel directivo. 

En este sentido, y según el informe a nivel internacional, los progresos están siendo lentos, sobre todo en la contratación y retención de talento diverso. Por ejemplo, las personas con discapacidad siguen estando muy poco representados en la plantilla, pese a la existencia de cuotas obligatorias. Y a nivel dirección, también es evidente la falta de diversidad, a pesar de los avances. 

De igual forma, el 75% de los encuestados creen que se podría avanzar de manera más rápida si se monitorizaran los datos existentes debidamente, pero solo el 50% de las empresas utilizan datos de diversidad como forma de medir la eficacia de las acciones emprendidas. 

Políticas y formación 

Pero si algo ha destacado en los últimos años dentro de la filosofía empresarial de estas grandes marcas es precisamente el incremento de manera sustancial de políticas en materia de diversidad e inclusión. 

Hasta un 93% de grandes empresas tienen una política de igualdad de oportunidades y de flexibilidad laboral y el 92% una política de igualdad retributiva, así como la formación complementaria en esta materia a las personas trabajadoras.  

De hecho, y a nivel más general, la igualdad entre mujeres y hombres es uno de los objetivos de la Unión Europea desde su fundación, tal y como analizábamos en este artículo sobre la implantación en las empresas de los planes de igualdad en nuestro país. 

En cuanto a las prioridades en materia D&I, las empresas mantienen el foco en la importancia de adquirir un buen nivel cultural dentro de las compañías, especialmente en cuanto al objetivo de que las personas puedan hablar claro sin miedo a sufrir represalias. 

Aún con todo, el estudio sugiere que aún queda mucho camino por recorrer ya que los programas implementados denotan no estar logrando un cambio suficientemente grande en materia de contratación y retención de talento diverso. 

En concreto, las empresas españolas deben redoblar los esfuerzos en este ámbito, según se desprende de las principales conclusiones del informe: 

  • Las organizaciones españolas gastan una media de 3,8 millones de dólares, el 0,047% de la facturación, en iniciativas de diversidad e inclusión. 
  • El 77% de los encuestados afirma que la creación de una cultura interna y de transparencia dentro de la empresa es su mayor prioridad. 
  • En dos años, el 57% de los encuestados admite que su prioridad es aumentar la diversidad en la junta directiva. 
  • El 74% de los encuestados cree que los directivos intentan contener las quejas o reclamaciones relacionadas con la D&I. 
  • El 70% admite que los valores y la cultura corporativa de su compañía exigen una actuación que va más allá de lo que actualmente establece la legislación. 

La necesidad de dar cobijo a las demandas más primarias de un entorno profesional deben ser también prioridad de las grandes empresas que operan en nuestro ecosistema económico. A mayor posicionamiento estratégico, mayor ejemplo social.