Se suele decir que el secreto para invertir con éxito es descubrir su valor y luego, sin que nadie lo sepa, pagar por ello menos de lo que realmente vale. En el sector financiero es algo que suele pasar con aquellas compañías infravaloradas que, sin embargo, tienen detrás buenas perspectivas de crecimiento.
Sobre esta base se apoya el 'value investing' o inversión en valor, una filosofía de inversión cuya estrategia consiste en buscar buenas compañías cuyo valor real es muy superior a su precio en el mercado bursátil.
Método y análisis
A la hora de buscar compañías infravaloradas pero que tienen un buen negocio y buenas perspectivas de crecimiento en el horizonte, es fundamental dedicar tiempo a realizar un análisis fundamental.
Los llamados ratios financieros de las empresas consiste en saber detectar las ventajas competitivas (sostenibles en el tiempo) y a analizar el mercado en el que opera cada compañía.
Las empresas con más valor en este sentido, suelen ser negocios que no dependen del ciclo económico, con barreras de entrada, que generan caja para financiar su crecimiento (por lo que no están muy endeudadas) y que cuentan con un equipo directivo de reconocida trayectoria.
A partir de un profundo conocimiento de la compañía, los inversores expertos determinan su valor intrínseco. Así, si es muy inferior a su cotización, habrá margen de seguridad y supondrá una oportunidad de inversión rentable a futuro.
Al final, sólo el largo plazo marcará el futuro valor intrínseco de esta acción de negocio. Un proceso de convergencia entre el precio y el valor que generará la rentabilidad esperada y en cuya garantía está el éxito.
En nuestro país, cada vez más gestoras llevan a cabo esta filosofía inversora con un éxito redundante. Según Cotizalia, todas las empresas que se encuentran en el top 5 de las más rentables a tres, cinco y diez años son firmas ‘value’.
¿Cómo detectar empresas dónde invertir?
Como comentamos, el estilo de inversión ‘value investing’ consiste en identificar empresas de calidad e invertir en ellas cuando estén infravaloradas. En este sentido, el valor no se consigue simplemente buscando aquellas compañías que pueden haber bajado en precio, sino consiguiendo un equilibrio entre la calidad de la compañía y el precio al que podemos adquirirla.
En este sentido, para que una empresa sea de calidad tiene que cumplir tres requisitos:
- El primero, contar con un buen gobierno corporativo, un equipo directivo de reconocida solvencia;
- segundo, tener un activo de calidad, lo que viene a ser una compañía con un modelo de negocio atractivo, con un balance saneado, un buen margen y poca deuda;
- y, tercero y último, tener un crecimiento equilibrado y sano.
Si algo viene caracterizando al 'value investing' los últimos años, es la esperanza de convertirse en la estrategia ganadora para el ejercicio siguiente con el objetivo de superar por fin la rentabilidad generada por la inversión transformadora en tiempos de incertidumbre.
