La evolución de las grandes empresas marca el devenir de nuestro país en materia económica en cuanto a lo preparado que esta el sector comercial para reactivar y volver a engrasar las palancas detenidas durante la pandemia.
El caso es que las ventas del comercio minorista y de los últimos suministros energéticos están contribuyendo, no obstante, a la rebaja de la facturación de estas compañías que están viendo frenado su avance, en lo que puede ser sintomático de una posible crisis en otoño.
Descenso progresivo
Para hacernos una idea, los datos correspondientes de las ventas diarias y semanales de las grandes corporaciones españolas que facilita la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) de forma pública, muestra la devaluación progresiva que han sufrido durante el verano.
Con una media de 3.706 millones de euros entre julio y agosto, estas operaciones suponen un descenso con respecto a los periodos de 28 días anteriores. En términos interanuales, la facturación creció un 29%, lo que a su vez indica que el crecimiento es menor al que se registró la pasada semana.
Conviene destacar que, en esta estadística, se recoge la evolución de aquellas empresas con un volumen de operaciones superior a los 6 millones de euros, los grupos de IVA y las acogidas al registro de devolución mensual de este impuesto.
Según la información de la AEAT, la facturación media diaria de las grandes empresas ha ido en descenso desde las últimas cinco semanas, ya que entre junio y julio las ventas medias ascendían a 3.730 millones de euros, un 0,6% más que el último dato.
Aun así, no se trata de un descenso muy abultado, pero sí suficiente para mermar la facturación de las grandes compañías y lanzar un serio aviso si analizamos que en el último periodo registrado (hasta el 9 de agosto), los mayores descensos interanuales se han producido entre las empresas de suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, y en el comercio minorista.
Además, si se observa el detalle por sectores, varias industrias experimentan un retroceso de su facturación en comparación con periodos anteriores. Las ventas de la industria textil pasan de una media diaria de 19 millones a los 16 en cinco semanas. La química retrocede de los 60,5 a los 57 millones y la metalurgia y la industria de hierro y acero pasa de los 77 a los 70 millones.
¿Habrá crisis en otoño?
Por ello, las cifras publicadas por la Agencia Tributaria avanzan una realidad de la que ya advierten patronales, sindicatos y el propio Gobierno, acerca de que la situación económica puede tensarse todavía más a partir de otoño.
Una desaceleración intuida tras el impulso del consumo y el turismo en verano y que amenaza de nuevo con la recesión económica de la que nos llevan advirtiendo meses de cara al invierno, bajo la presión de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania.
No obstante, los principales organismos que realizan previsiones macroeconómicas descartan que en España se produzca una recesión durante este año dado que el impacto por un previsible corte de suministro del gas no afectaría a nuestro país tanto como a otros.
Aún con todo, el riesgo es latente dado que el impulso precios al alza está acuciando la economía del país, que lleva mas de un año con la inflación disparada (actualmente cerca del 11%) y que también supone un coste importante en las empresas, que tienen que moderar sus márgenes ante la incertidumbre de próximas estaciones.
