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Contratos fijos discontinuos: ¿nuevo foco de precariedad?

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La cantidad de contratos fijos discontinuos firmados a raíz de la última reforma laboral ha evidenciado que la modalidad se ha convertido en la preferida por la mayoría de las empresas, al utilizarse como temporales sin ningún tipo de coste.

Así lo aseguran expertos de la OCDE o Fedea, entre otros, según recoge El Economista, que ha analizado como el abuso en este tipo de contratación ha acabado abriendo la puerta al sistema de penalización para castigar a las empresas.

Bonus malus

El término bonus-malus se utiliza para una serie de acuerdos comerciales que recompensan o penalizan alternativamente. En este sentido, se trata de una de las ideas puestas sobre la mesa para penalizar de alguna forma a las empresas que abusen de estos contratos.

Y es que, justo hace un año, el Ministerio de Trabajo iniciaba una campaña exhaustiva de control destinada a detectar fraudes en el uso de este tipo de contrato, una modalidad contractual que ha sufrido grandes cambios tras la aprobación de la reforma laboral.

Los expertos consultados aseguran tratarse de un posible nuevo foco de precariedad en el mercado laboral debido a las lagunas que plantea su regulación al no proteger al trabajador en períodos de inactividad.

En este sentido, se asientan en datos, ya que antes de la reforma laboral, los afiliados con contrato temporal suponían el 25% del mercado laboral y ahora apenas llega al 13%. Por ello, crece la necesidad de crear nuevas indemnizaciones para los empleados y a un régimen de sanciones para las empresas que abusen de los fijos discontinuos.

Riesgos asociados

Los periodos involuntarios de inactividad suponen una pérdida de renta para el trabajador. Y es que mientras el fijo discontinuo no trabaja no percibe salario ni la empresa cotiza por él, aunque el contrato siga vigente, por lo que la única alternativa del trabajador es cobrar el paro.

Recordemos que la normativa vigente no estipula mínimos generales de días de trabajo, ni cláusulas que regulen su conversión a indefinidos ordinarios por lo que también se da un excesivo margen a los convenios colectivos para utilizarlos.

Esto genera un sistema en el que, al final, la volatilidad de los contratos fijos discontinuos se acerca a la de los temporales. Según los datos analizados, en el último año, se han firmado 8,5 millones de contratos de este tipo, pero la afiliación no ha registrado una evolución similar.

Esto responde a que estos trabajadores van alternando largos periodos de inactividad dados de baja a la SS, mientras que muchos otros optan por buscar otro empleo, lo que contribuiría al récord de dimisiones registrado en España desde la reforma laboral.

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