El cambio de enfoque de las empresas que meten la cabeza en educación va mucho más allá de ofertar unas buenas prácticas curriculares, ya que muchas compañías se están interesando en los últimos tiempos por ofrecer recursos para el aula a modelar ciertas políticas.
Es el caso de compañías energéticas, tecnológicas o bancos que invierten en estos condicionantes bajo el requisito de cambiar las prácticas docentes, según explica una investigación de la Universidad Autónoma de Madrid que recoge elDiario.es.
¿Riesgo de mercantilización y privatización en las aulas?
Empresas de todo tipo, cuyo ámbito de actuación está muy lejos de las aulas, están actuando dentro del sistema educativo con programas formativos para docentes, elaboración de unidades didácticas o galardones que premian su forma de entender el sector.
Este trabajo explica que compañías de todo tipo se han auto-ubicado como referentes educativos sin justificar que sus propuestas vayan a mejorar algún aspecto concreto del proceso formativo.
No obstante, se centralizan especialmente en el profesorado, en lo que se define como la Industria Educativa Global (IEG), un sector que siempre se ha vinculado a lo privado y que ha visto un gran aumento de la participación empresarial en los últimos años.
Un fenómeno que está intrínsecamente unido a la privatización y a la mercantilización, que han contribuido a generar sistemas educativos con enfoques promercado o favorables a la aparición y expansión de la IEG.
Y es que, según el estudio universitario, la privatización del sector educativo no solo ha experimentado un fuerte crecimiento en términos cuantitativos sino también una evolución cualitativa de un sector en auge que abarca cada vez más etapas, ámbitos y niveles formativos.
Formación y recursos
El caso es que la participación de empresas en educación no es nueva como han demostrado diferentes fondos de inversión en universidades privadas, que supone un negocio desde hace años, también en FP o en colegios privados.
Las empresas analizadas buscan su nicho específico de influencia, y lo hacen, según este estudio justificando que es necesaria una mejoría del sistema, ya sea en metodologías de aprendizaje basadas en nuevas tecnologías, como en temas de actualidad relacionados con la transición energética o el cambio climático, por ejemplo.
Además, algo que casi todas tienen en común es la elaboración de contenidos ya preparados para utilizar directamente en clase que puedan ser curriculares. Un tipo de colaboraciones “público-privadas” que la industria no está dispuesta a desaprovechar pero que cada vez, son más necesarias identificar como verdaderamente pedagógicas.