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El coste de la deuda que baja en las empresas: ¿misterio o casualidad?

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La matriz de Google, Alphabet reportó gastos financieros de 117 millones de euros en la primera mitad de este año, menos que los 166 millones del mismo período del año anterior. Además, sus ganancias por intereses se elevaron de 900 millones a 1.689 millones de dólares, incrementando sus beneficios.

A tenor de lo que se cabría esperar, el aumento de las tasas de interés no ha dañado la rentabilidad de multinacionales como esta, sino que las ha potenciado. ¿Cómo es esto posible? ¿Puede originar un terremoto en el mercado internacional?

Hasta un 5% de beneficios

Según ha analizado el diario Expansión, las subidas de tipos han añadido un 5% a los beneficios de las compañías estadounidenses, en lugar de restar. Un fenómeno que no es exclusivo de Alphabet en el país norteamericano.

De acuerdo al Bureau of Economic Analysis, el pago neto de intereses de las empresas se redujo un 20% el año pasado, llegando a 520.000 millones de dólares. Esto puede ser debido a que los altos intereses han sumado un 5% a las ganancias en lugar de reducirlas un 10%.

Y es que, los precios no son el único factor que ha evitado una recesión en EE. UU. Esto es porque los intereses ya no tienen el mismo impacto de antes, aún con el ejemplo de la subida histórica de los tipos por el Banco Central Europeo en el último invierno.

La razón detrás de esto puede ser que, después de la pandemia, muchas empresas tenían amplias reservas de efectivo y deudas a largo plazo con tasas bajas. Estas empresas invirtieron en depósitos y bonos a corto plazo, cuyos ingresos superaron los gastos.

Sin embargo, en Europa, las empresas dependen más de la financiación bancaria, lo que hace que los intereses suban más rápido. Aunque en España, hay que destacar que empresas como Repsol e Inditex tuvieron ganancias financieras debido a su alta liquidez.

Analizándolo con más detalle, las grandes empresas del S&P 500, uno de los índices bursátiles más importantes de EE. UU. Poseen la mayor liquidez, pero menos deuda. Por el contrario, las pequeñas sí que enfrentan costos financieros más altos y, eventualmente, todas las empresas sentirán el impacto al refinanciar sus deudas.

La valoración a modo de conclusión de expertos economistas es que esta tendencia no durará para siempre, aunque si predicen que gran parte de la deuda no se renovará hasta después de 2028.

No olvidemos que la competitividad de las empresas está en juego. Más allá de los costes energéticos, la carga financiera de las compañías también irá aumentando, lo que puede acarrear tanto una reducción de inversión como un menor crecimiento de empleo.