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El negocio de fabricar fábricas como desafío industrial en Europa

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En un 2022 teñido para siempre del color de la inflación, la industria ha tenido que buscar referentes en un mundo peligrosamente acostumbrado a la subida de precios y en el que la tecnología y la digitalización han marcado el rumbo de los últimos tiempos.

Ahora ha surgido una nueva tendencia extraditada directamente desde EE. UU., que ha visto como uno de sus sectores experimentaba en el último año un registro récord: el de la construcción de fábricas.

Construir fábricas para construir nuevas cosas

Si más allá de nuestras fronteras continentales han comprobado que no hay que esperar tanto para que las factorías generen millones, la fórmula para todo el mundo occidental ha de ser igual de válida. Así lo destaca Xataka en un artículo que analiza esta moderna revolución industrial.

Y es que, las cifras récord de 2022 en EE. UU. muestran que, si la producción en las fábricas es un negocio lucrativo, no lo es menos la producción de las propias fábricas. Así lo muestran las cifras que detallan un gasto en construcciones relacionadas con la fabricación de 108.000 millones de dólares solo el pasado año.

A modo de referencia, el gasto de construcción relacionado con la industria fue de 78.900 millones en 2021, marcando ahora un récord en el global anual y superando la inversión equivalente en escuelas, centros de salud o bloques de oficinas.

No obstante, el peso de la tecnología vuelve a ser elocuente, ya que el Gobierno estadounidense ha desplegado un importante programa de incentivos para empresas relacionadas con la fabricación de semiconductores y su objetivo de competir con China.

Pero no todas las nuevas factorías son de multinacionales tecnológicas dedicadas a los chips o la movilidad eléctrica, ya que existe el ejemplo de empresas dedicadas a la fabricación de gafas, bicicletas, productos lácteos, suplementos para deportistas o calcetines.

Las razones de tan buena inversión en la construcción de factorías se centran en la búsqueda de una mayor flexibilidad y rapidez a la hora de proveer el mercado, el plus que puede representar entre los clientes vender productos fabricados en el propio país o evitar problemas en las cadenas de suministro como ya sucedió durante la pandemia.