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Cómo proteger tus datos con el paso del tiempo

Almacenamiento digital

¿Quién nos asegura estar a salvo de un apagón electrónico? ¿Tenemos nuestra información más importante convenientemente guardada? La cantidad de datos almacenados de forma digital nos ha creado desde hace tiempo una falsa sensación de seguridad.

No estamos hablando de un posible ‘Efecto 2000’ como el que atemorizó sin fundamento a medio mundo hace 20 años. Hoy día, lo que es real es la incapacidad por conocer cuántos datos digitales sobrevivirán a lo largo del tiempo y si la tecnología permitirá su lectura en un futuro.

El miedo a la pérdida de datos

Si ahondamos en este tema, vemos que las empresas llevan tiempo demandando más protección en sus sistemas informáticos, tanto en España con el proyecto de la Ley de ciberseguridad que pretende asegurar la protección frente a manipulaciones de datos; como en el resto de Europa, donde la UE está desarrollando una nueva estrategia contra los ciberataques.

Pero como decimos, el principal problema de la superproducción de datos es que nadie haya explicado cómo lograr que nuestra información digital sobreviva al paso del tiempo. Por ello analizamos algunos recursos que pueden ayudar a salvaguardar cualquier tipo de datos y evitar que estos desaparezcan.

Copias en discos duros

Para realizar una copia de seguridad, lo primero es tener la información bien organizada. Ya sea a través de carpetas o descifrando un orden cronológico que nos ayude a tener identificado lo que queremos buscar. La mejor opción suelen ser los discos duros.

Existen programas que permiten realizar copias de seguridad automáticas, como Time Machine en MacOS, pero ningún programa va a organizar nuestros datos sin que nosotros hagamos nada. Otra opción son los llamados NAS, pequeños ordenadores con discos duros conectados a internet que permiten crear copias de seguridad creando una nube personal.

Estos discos duros, pensados para aplicaciones profesionales, están preparados para funcionar de forma ininterrumpida ya que soportan transferencias de hasta 180 terabytes por año; lo que permite hacer copias de grandes volúmenes de datos sin temor a que algo falle.

Según la empresa o la persona física que lo requiere, merece la pena hacer una inversión en discos duros de calidad ya que, en programas más económicos, su vida útil suele ser sorprendentemente corta si los utilizamos a menudo.

Además, a la hora de adquirir un disco duro, hay que tener en cuenta el precio de la caja contenedora, que permite hacer copias en espejo. De esta forma, todo lo que almacenamos en un disco duro se almacena en otro automáticamente. Por el contrario, si utilizamos un disco duro móvil como los que podemos tener en casa, será conveniente hacer una copia de seguridad del mismo, con otro más económico.

Los expertos informáticos recomiendan, no obstante, que en un periodo de tiempo de entre cinco y diez años se duplique toda la información de nuestros discos duros a unos nuevos, sobre todo si observamos cosas como que estos se desconectan en ocasiones de forma inesperada.

Copias en la nube

Todos tenemos datos en la nube. Según la memoria que tengamos contratada, será de mayor o menor capacidad para una plataforma u otra. Seguro que has pensado que las copias de seguridad que tu móvil hace de Google Photos son más que suficientes para tener tus archivos controlados.

Pues bien, en este sentido, volvemos a no estar seguros de si podremos en el futuro descargar esos datos con la misma facilidad que hoy. Un problema que se han encontrado algunos usuarios ha sido acogerse a promociones de almacenamiento en la nube, durante meses o años, que al caducar han provocado que se vean obligados a pagar una tarifa por conservar sus datos.

Por ello, siempre es buena idea comparar lo que ofrecen los servicios de almacenamiento de datos en la nube y huir de promociones temporales; así como no depositar todos nuestros datos en un único servicio online. Igual que en los discos duros, repartir entre dos servicios los datos con una buena organización, puede evitarnos sorpresas desagradables.

Si nos preguntamos qué datos merece la pena almacenar en la nube, podemos diferenciar entre aquellos que queramos tener replicados fuera de los discos duros y por otro lado, aquellos datos que queramos tener a mano en todo momento.

Puede parecer exagerado tomar estas medidas si no estás acostumbrado a almacenar y organizar tus datos personales, pero hay que saber no todos tienen el mismo valor. Para según qué casos, trabajar con datos de forma constante exige un plus de seguridad que visto con el tiempo, agradeceremos estar protegidos.