Con un ojo en la segunda mitad de 2023, las compañías progresan con pies de plomo en nuestro país. Debido en parte al temor de un resurgimiento de la inflación por la recuperación de cotas de empleo, cuando ya había logrado estabilizarse.
Una situación que llevaría a un posible estancamiento de la economía, especialmente el consumo, debido al impacto que tienen las alzas de las tasas de interés en las finanzas familiares.
Más optimismo que en 2022
En este contexto, solo el 47% de las medianas empresas (de entre 50 y 500 empleados) espera un crecimiento de sus ganancias de aquí a fin de año, según señala en el informe 'Pulso de la mediana empresa española' para el primer semestre de 2023, realizado por la consultora Grant Thornton y obtenido por El Mundo.
En el estudio se observa un mayor optimismo en términos de ingresos, ya que el 55% prevé un aumento, pero este incremento en la facturación no siempre se convertirá en un aumento de las ganancias debido a los costos asociados.
Por ello también que las proyecciones sean cautelosas, aunque sí revelan un optimismo mayor al que se tenía en la segunda mitad de 2022, cuando la inflación era cuatro veces mayor que la actual y la economía enfrentaba la amenaza de una recesión.
En ese momento, solo el 37% de las empresas creía que sus ganancias mejorarían este año, 10 puntos porcentuales menos que ahora. Sin embargo, esos temores no se han concretado y el PIB ha seguido en aumento este año a pesar de las incertidumbres, creciendo un 0,5% de enero a marzo y un 0,4% de abril a junio.
Aun así, el progreso no necesariamente significa un optimismo generalizado en todo el sector empresarial. Solo el 42% de las 400 empresas medianas encuestadas planea aumentar sus inversiones en lo que resta de año, y la mayoría de ellas lo hará adquiriendo locales o inmuebles de nueva construcción.
Al igual que con el resto de las variables, solo cuatro de cada diez empresas encuestadas planean aumentar su plantilla, mientras que solo un 24% espera subir el sueldo a sus empleados antes de fin de año.
El riesgo para las empresas exportadoras
El único aspecto en el que las empresas medianas del país son más pesimistas que en 2022 es el comercio exterior. La debilidad de la economía europea y de nuestros principales socios comerciales ha causado que el comercio exterior haya ralentizado el PIB durante el periodo de abril a junio.
Y es que, la industria manufacturera es actualmente uno de los sectores más afectados por esta desaceleración, experimentando una fuerte caída en sus pedidos este mismo mes y una disminución en el empleo.
Todas las empresas que venden al exterior empiezan a temer una desaceleración en las ventas. Según este estudio, soloel 38% de las empresas que exportan bienes al extranjero creen que sus ventas aumentarán en los próximos meses, mientras que el 62% restante anticipa que se mantendrán estables o, más probablemente, que disminuirán.
