El factor humano es clave para el desarrollo de las empresas del futuro, destinadas a atraer talento como punto diferenciador en sus estrategias de negocio, cuya competencia estará basada en sus consecuencias.
Y es que, la escasez de profesionales en el sector tecnológico va irremediablemente unido a los avances digitales y la gran automatización de las compañías, que, no obstante, necesitarán de nuevas especializaciones técnicas.
En 2030, uno de cada tres empleos estará automatizado
Con el progreso tecnológico y la aparición de nuevos modelos de Inteligencia Artificial, cada vez más puestos de trabajo se verán impactados por la nueva realidad, algo que no implica cambios negativos, sino más bien una adaptación de los oficios tradicionales.
De esta forma, ocupaciones relacionadas con labores administrativas, atención al cliente o cajeros de supermercados podrían enfrentar riesgos para su existencia. Por otro lado, la proliferación de robots, la automatización y la IA mencionada generarán, como decimos, nuevas profesiones y transformarán el panorama laboral.
Sectores como la industria o la automoción han estado experimentando una transformación en sus métodos de trabajo durante años, con el objetivo de aumentar el uso de máquinas. La revolución digital representa un cambio de paradigma que obliga a las empresas a ajustar su propuesta de valor y su modelo de negocio.
Según diversos estudios se estima que, en España, para el año 2030, uno de cada tres empleos estará completamente automatizado. Pero estas nuevas tendencias no solo afectan a los trabajadores, sino que también influyen en la forma en la que las empresas buscan empleados.
Muchos puestos de trabajo, sobre todo de baja cualificación, se destruirán, pero al mismo tiempo se generarán nuevas posiciones relacionadas con el mantenimiento y programación de los nuevos sistemas basados en tecnologías cognitivas e Inteligencia Artificial.
La brecha del talento
Las soft skills o habilidades blandas, también desempeñarán un papel importante al evaluar la idoneidad de los profesionales. Aquellos expertos que sean capaces de trabajar en proyectos, posean habilidades de comunicación sólidas, pensamiento crítico y liderazgo, serán los más buscados por las empresas.
Los empleos tecnológicos emergentes generalmente ofrecen salarios competitivos, amplias oportunidades laborales y una baja tasa de temporalidad. Un ejemplo es el sector IT y las telecomunicaciones, que actualmente se sitúa como uno de los mejor pagados, superando a la ingeniería también en términos de empleabilidad.
Sin embargo, las empresas están experimentando una brecha cada vez mayor entre el talento tecnológico deseado y el talento disponible en el mercado laboral. Según un informe de Randstad, los roles de Data, IA, Cloud, Robotics e Ingenieros de Procesos son los más escasos y difíciles de encontrar.
Al fin y al cabo, la tecnología se encuentra en el epicentro de los cambios que transformarán los modelos de trabajo conocidos hasta ahora y las tareas diarias. Si con la innovación se automatizarán cada vez más procesos, las empresas estarán obligadas a unirse a esta ola de transformación.