El drástico aumento de los costes energéticos en los últimos años ha presionado seriamente a las industrias que dependen intensamente de la electricidad. Evidenciado desde el contexto del conflicto armado en Ucrania, la estabilidad del suministro ha suscitado diversos interrogantes.
En este contexto tan volátil, la transición hacia una energía más limpia aparece como una oportunidad valiosa para la industria, de cara a contrarrestar la amenaza global a su competitividad, aunque conlleva muchos desafíos que es conveniente analizar.
El desafío de la descarbonización
Como decimos, en un escenario de elevada volatilidad que afecta tanto a la disponibilidad como al coste de la energía, la descarbonización es una oportunidad única pero también un importante desafío para la industria.
Recordemos que, a finales de año, se aprobaba el Perte de descarbonización industrial, cumpliendo con el compromiso de apoyar a la industria en su transición hacia modelos y procesos más respetuosos con el medio ambiente.
El objetivo final no es otro que contribuir al objetivo de neutralidad climática en 2050 mediante un proyecto que prevé una inversión pública de 3.100 millones de euros y que va a permitir movilizar hasta 11.800 millones de euros de inversión total.
La tecnología se presenta como el principal medio para enfrentar estos problemas, permitiendo una optimización de los costes, asegurando el suministro y promoviendo una transición a energías más limpias en estas industrias de alto consumo eléctrico.
Un punto de vista que fue respaldado por líderes de la industria en un evento reciente organizado por EXPANSIÓN en colaboración con Schneider Electric, desde donde compañías destacadas del sector enfatizaron que la industria se enfrenta simultáneamente a crisis energéticas y climáticas.
Lo que está claro es que la electrificación podría contribuir significativamente al ahorro energético en la industria y que la digitalización podría hacer la energía más inteligente pues resulta esencial para el proceso de transición.
Al fin y al cabo, el Perte de Descarbonización Industrial está dirigido a los sectores de la industria manufacturera, entre los que destacan los de fabricación de productos minerales no metálicos, industria química, refino de petróleo, metalurgia, y fabricación de papel.
A destacar también la importancia de la digitalización, al que muchas empresas dan prioridad, así como las inversiones en innovación o la importancia de contar con un software efectivo. En resumen, la descarbonización ha emergido como una prioridad principal ahora que el precio de los costes energéticos no tiene visos de suavizarse.
