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Adiós a la mascarilla en exteriores

Adiós mascarillas

¿Quién nos iba a decir hace poco que estaríamos contando los días para prescindir de una prenda que en 2019 veíamos como algo totalmente irrelevante, propia de quirófanos y países de Asía Oriental arraigados en la sobreexpuesta aglomeración humana?

Desde que el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara la pasada semana la eliminación de la obligatoriedad de llevar mascarillas en espacios abiertos y exteriores a partir del 26 de junio, el debate se ha movido entre aquellos que celebran un paso más para la remisión definitiva del virus y la moderación de científicos y sanitarios que siguen aconsejando una debida precaución.

La inmunización es la clave para fomentar la vuelta a la normalidad en todos los sectores. Según ha anunciado el Gobierno central, dentro de unos días, “más de 15 millones de personas estarán vacunadas con pauta completa en nuestro país y en unas pocas semanas, el 50% de la población tendrá al menos una dosis puesta”.

¿Dónde seguirán siendo obligatorias las mascarillas?

La incidencia media actual de los contagios en España está marcando la pauta para la relajación de las restricciones, entre ellas, la de poder quitarnos la mascarilla en espacios abiertos. En los últimos 14 días, se han registrado 96,64 casos por cada 100.000 habitantes. Unos datos que siguen decreciendo según avanza la vacunación, que ya se empieza a administrar en algunas comunidades a franjas de entre 30 y 40 años.

Así, desde el próximo sábado, las mascarillas pasaran a ser de uso opcional en espacios al aire libre, aunque continúan siendo obligatorias en ciertos lugares, donde aún seguirán muy presentes:

  • Exteriores sin distancia de seguridad; siempre y cuando no se pueda guardar la distancia de seguridad de 1,5 metros.
  • Bares y restaurantes; donde se mantiene la obligatoriedad de la mascarilla, excepto en los momentos en los que las personas consuman la comida o bebida del establecimiento hostelero.
  • Transporte público; de uso imprescindible por no poder garantizar ni la distancia ni la seguridad. En el transporte privado se mantiene la obligatoriedad si los viajeros no son convivientes.
  • Locales cerrados, comercios, museos; la mascarilla se debe llevar puesta al no tratarse de espacios abiertos y si de lugares de encuentro entre personas no convivientes.
  • Encuentros sociales; en los que debemos respetar la distancia y el uso de mascarilla, así como en las reuniones que se celebren en locales o domicilios entre no convivientes.
  • Práctica de deporte; cuando se trate de una práctica grupal y no individual, seguirá siendo necesario su uso mientras no se puede mantener la distancia de seguridad.

Países que no obligan mascarillas exterior

La situación actual en otros países

Igual que en nuestro país, la regulación de las restricciones va cambiando a medida que avanza la vacunación. En territorios de nuestro entorno destaca Francia, donde desde el pasado jueves ya no es obligatorio llevar mascarilla en espacios abiertos. Además, el toque de queda ha sido abolido a partir de esta semana.

A esta medida se ha sumado Andorra, limítrofe de ambos países y que también ha eliminado la obligatoriedad de usar mascarilla en el exterior. Por su parte, en Portugal la mascarilla en la calle solo es obligatoria desde hace dos semanas cuando no se puede mantener la distancia social.

Por otro lado, países como Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Polonia o Hungría ya eliminaron hace semanas el uso obligatorio de la mascarilla en los espacios exteriores. En el caso de Israel, que entraba dentro de este grupo, se ha vuelto a imponer el uso de mascarilla en algunas zonas del país tras dos nuevos brotes del COVID-19.

Es el mejor ejemplo para no descuidar la responsabilidad social, de cara a superar una crisis que ha provocado ya más de 165 millones de contagios y casi 3,5 millones de fallecidos en todo el mundo.

La “velocidad de crucero” que titula el Gobierno en el plan de vacunación de nuestro país es sin duda la mejor amenaza contra los rebrotes ante circunstancias que escapen a esa responsabilidad ciudadana. El inicio del verano marca la época decisiva para poner a prueba la enfermedad que ha tenido en jaque al mundo en el último año y medio.