“Beatus Ille” o dichoso aquel que vive en el campo, es la locución latina que se hizo popular en el Renacimiento y que parece haber tomado de nuevo protagonismo en pleno S.XXI. La implantación generalizada del teletrabajo derivado de la pandemia ha llevado a muchas personas a replantearse su estilo de vida y la posibilidad de huir de la urbe e instalarse en el pueblo, lejos del mundanal ruido, conciliando vida laboral y personal y disfrutando de sus múltiples ventajas.
Esto ha sido una realidad para trabajadores por cuenta ajena con empresas que han permitido esta posibilidad, y también para los “nómadas digitales”, aquellos profesionales que no necesitan una ubicación física para desempeñar su oficio. La tecnología, en principio más ligada a la ciudad y al progreso, se ha tornado en aliada imprescindible para la vuelta al campo, y ello gracias a una mejora de la conectividad en las áreas rurales. Si bien aún queda camino por recorrer.
Talento digital para combatir la despoblación
¿Y si te dieran la oportunidad de trasladarte durante cinco días de la ciudad al pueblo? la Generalitat de Cataluña, en colaboración del Mobile World Capital Barcelona, ha anunciado la creación del “Cataluña Rural Hub”, una iniciativa que busca fomentar el teletrabajo desde entornos rurales. El programa, dotado con 100.000 €, oferta veinte plazas a profesionales del ámbito digital que incluye la estancia, un espacio de “coworking”, y la realización de actividades de territorio en la comarca de La Garrotxa (Girona).
Lo cierto es que la digitalización de las empresas y el crecimiento progresivo del teletrabajo está dotando de oportunidades a las zonas rurales. Tal y como recoge un informe elaborado por la Oficina Municipal de Datos de Barcelona, el 8% de la población de la capital catalana ha decidido dejar la ciudad a raíz de la pandemia
El emprendimiento rural, un sector muy competitivo
Pero no solo por el teletrabajo. Hay ejemplos de personas que se han lanzado a emprender (por primera vez en algunos casos) para el pueblo, y no solo desde el pueblo, mediante la creación de huertos ecológicos, la producción de miel o productos artesanales.
Sin duda, el emprendimiento rural constituye uno de los mecanismos más importantes para evitar la despoblación en numerosos territorios siendo, además, una fuente de oportunidades en múltiples sectores de la economía. Tal y como se desprende del Informe GEM Spain 2019-2020 (Global Entrepreneurship Monitor), la mejora de las infraestructuras físicas y las comunicaciones hacen del ámbito rural un espacio muy competitivo para un gran número de actividades.
En este sentido, se han llevado a cabo determinadas iniciativas gubernamentales de fomento de la actividad emprendedora en zonas rurales de Aragón, como el Programa de Emprendimiento Rural Sostenible centrado en cuatro comarcas turolenses o el Programa de Emprendimiento Agroalimentario.
Por su parte, desde el Gobierno Central, se están impulsando iniciativas para hacer frente al reto demográfico y garantizar la igualdad en todo el territorio. Así, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el Consejo de Ministros ha aprobado un paquete económico de 10.000 millones de euros para poner en marcha un total de 130 medidas destinadas a fomentar el turismo sostenible, la actividad cultural, el desarrollo de la banda ancha ultrarrápida y el despliegue del 5G en todo el territorio, además del acceso a formas de energía renovable, entre otros.
Funcionarios en los pueblos
Con la intención de que el teletrabajo no sea una moda pasajera y perdure después de la pandemia, el Gobierno ha llegado a un acuerdo con los sindicatos para que los funcionarios puedan teletrabajar tres días a la semana y dos días de manera presencial. No obstante, y en el terreno que nos ocupa, para favorecer la presencia de funcionarios en territorios con declive demográfico, se podrá establecer una prestación de servicios de carácter presencial de un mínimo del 10% de la jornada mensual; es decir, se podrá teletrabajar 20 de los 22 días laborables.
Un “Erasmus rural” como primera experiencia laboral
Simulando al conocido programa europeo, el Gobierno quiere lanzar una versión rural del Erasmus. Espera que los cien primeros jóvenes que participarán en este programa lo hagan a finales del curso 2021-2022 con el objetivo de que realicen su primera experiencia laboral de al menos tres meses en entornos rurales, en el marco de la estrategia contra la despoblación de estos entornos.
Como comentábamos al inicio, estos son algunos ejemplos que desde el sector público se están llevando a cabo para combatir la despoblación en las zonas rurales, si bien es necesario mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones para que llegue internet a todos los municipios, además de mejorar los servicios de la España “vaciada”. Solo así podremos recuperar la vida y la actividad económica de los pueblos.
