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¿Cuál es la temperatura óptima en los lugares de trabajo?

Temperatura óptima

Si tienes frío en la oficina o pasas calor en silencio, no estás solo. En la época del año en la que nos encontramos, la temperatura óptima que debemos tener en nuestro lugar de trabajo no deja de ser un tema que a todos nos afecta. Sobre todo, por las repercusiones que esto puede acarrearnos para nuestra salud.

Para solventar estas dudas, la guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de los lugares de trabajo aclara las condiciones ambientales de los lugares de trabajo, más si cabe con el retorno a las oficinas

Normativa de aplicación

El Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, encomienda al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), la elaboración y el mantenimiento actualizado de una Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de los lugares de trabajo.

Para entendernos, se parte de la premisa de que las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. Por ello, tal y como señala la guía “deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas, los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire molestas, los olores desagradables, la irradiación excesiva y, en particular, la radiación solar a través de ventanas, luces o tabiques acristalados”.

¿Cuál es la temperatura idónea?

Según la guía, la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27 ºC. Por su parte, la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 ºC.

Dependiendo de la estación del año, la temperatura del aire óptima varía ya que la ropa no será la misma en un periodo del año u en otro. Así, en los locales cerrados donde se realicen trabajos sedentarios (70 W/m2 o 1,2 met), sin radiación térmica ni corrientes de aire, siempre y cuando los trabajadores lleven ropa acorde a la estación climática, la temperatura del aire óptima en invierno estaría entre los 20 ºC y los 24 ºC. Mientras que, en verano, la temperatura óptima se situaría entre los 23 ºC y los 26 ºC.

¿Y qué sucede con la humedad?

La humedad del aire también es otro factor a tener en cuenta, ya que una humedad relativa inferior al 30% puede provocar sequedad de las mucosas y de la piel. Por ello, la humedad estará comprendida entre el 30 y el 70%, con la excepción de los locales donde existan riesgos por electricidad estática, en los que el límite inferior será el 50%.

En el otro extremo, si se supera un 70% de humedad relativa pueden producirse condensaciones, con lo que pueden proliferar agentes biológicos (fundamentalmente hongos), favorecer la presencia de ciertas sustancias químicas en el aire y favorecer la corrosión de los materiales del edificio, como indica la guía de referencia.

Lo que está claro, es que muchos han sufrido alguna vez los desfases de climatología en los centros de trabajo. En algunos casos puede entenderse, como en ciertos trabajos industriales, pero en la mayoría de ellos, se puede evitar. Cuando la temperatura de la oficina está en valores poco naturales y pasamos frío en verano o calor en invierno, algo estamos haciendo mal.