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Good Jobs o la estrategia de encontrar trabajadores cualificados

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Desde el contexto laboral marcado por las últimas tendencias en temas de contratación como ha sido la Gran Renuncia que ha traspasado fronteras, las empresas vienen evidenciando un problema fundamental: la falta de recursos para encontrar talento.

Y es que, mejorar la productividad migrando hacia modelos de trabajo híbridos y flexibles ha sido la decisión casi unilateral de la mayoría de las compañías digitales para establecer unas condiciones dignas. Una solución que ahora se engloba en una nueva estrategia: la Good Jobs.

¿Qué es la estrategia Good Jobs?

Según recoge el digital Xataka, la estrategia nace de una teoría concebida por la escritora y profesora de la MIT Sloan School of Management, Zeynep Ton, quien desgrana los detalles de un modelo empresarial basado en la inversión en la formación y estabilidad laboral de las plantillas.

Una teoría que ahora están aplicando las grandes empresas de cara a mejorar la competitividad y la productividad de sus equipos para evitar las llamadas renuncias silenciosas y los recortes salariales.

No obstante, según la ideóloga de la Good Jobs, el primer paso para mejorar esa productividad es romper el “círculo vicioso” de la precariedad, como lo define, ya que los bajos salarios impulsan la rotación de empleados, lo que se traduce en una ejecución operativa deficiente.

Adoptar la filosofía de Good Jobs no significa pagar más a los empleados por hacer el trabajo como lo han hecho siempre, sino que implica cambios más profundos en las políticas de empresa para hacerla más eficiente. Para ello, se debe enfocar la fortaleza de la empresa y simplificar el proceso al ofrecer ese servicio.

Por otro lado, uno de los pilares sobre los que se asienta esta teoría es la formación de los empleados y su empoderamiento para tomar decisiones de forma proactiva con el fin de mejorar la atención al cliente y aumentar los beneficios.

Este empoderamiento de las plantillas se ve fomentado por el fenómeno del reclutamiento inverso y políticas de retención del talento más eficientes entre las que se incluyen, como es lógico, una mejora de las condiciones laborales.

De este modo, los trabajadores se enfocan en adquirir nuevas destrezas y perfeccionar sus responsabilidades, al mismo tiempo que toman la iniciativa para modificar aquellos procesos que contribuyen a aumentar la productividad de la empresa, generando un valor añadido.

Un enfoque generalizado

Históricamente, las grandes empresas con una mayor capacidad financiera han sido las que han tenido más margen para invertir en sus equipos de trabajo, ofreciendo condiciones laborales y salariales superiores.

No obstante, en el contexto actual de despidos masivos y escasez de profesionales cualificados, las oportunidades se han nivelado y las empresas más pequeñas también pueden considerar la implementación de estas estrategias para mejorar su productividad, incluso accediendo a subvenciones estatales.

Los despidos y la precarización de las plantillas, como los que han llevado a cabo recientemente grandes compañías como Google o Twitter, son medidas que buscan equilibrar los balances a corto plazo. Por otro lado, la estrategia planteada con Good Jobs implica cambios estructurales que no todas las empresas pueden afrontar debido a su naturaleza a medio o largo plazo.