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La revolución de ChatGPT y el temor de las grandes empresas españolas

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Chat GPT es un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI, una organización de investigación en inteligencia artificial con el objetivo de desarrollar tecnologías de IA de alta calidad y de libre acceso para la sociedad en general.

Ha sido entrenado con una gran cantidad de datos de texto para poder realizar una amplia variedad de tareas relacionadas con el lenguaje natural. Su capacidad para comprender el contexto y la intención detrás de las preguntas o consultas de los usuarios lo convierten en una herramienta muy útil para desarrollar chatbots y mejorar la precisión en los sistemas de búsqueda de información.

¿Hay un miedo justificado a ChatGPT?

Chat GPT está en boca de todos y no es casual. Dentro de la revolución que ha supuesto la IA en los últimos años en las empresas, también en las españolas, esta herramienta ha venido a facilitar el trabajo de un sinfín de sectores, cuyas organizaciones temen que cree una dependencia que sea perjudicial a la larga.

Sin ir más lejos, los dos primeros párrafos de este artículo han sido generados de manera automática por esta aplicación al ser preguntada qué es y para qué sirve. Es el mejor ejemplo para saber a qué nos enfrentamos.

Quizás por ello, algunas de las grandes empresas españolas, como Telefónica, BBVA o Redeia están limitando o impidiendo la utilización de ChatGPT, publica el diario El Mundo en un análisis reciente del sector.

Y es que, la aplicación actual más empleada por los usuarios a nivel de inteligencia artificial no para de toparse con nuevos frenos derivados del miedo o tal vez del desconocimiento hacia una herramienta que desde septiembre de 2021 tiene desactualizada su versión gratuita.

En este sentido, las grandes empresas españolas se esfuerzan en elaborar guías y limitaciones para su uso entre sus empleados ante el temor a filtraciones o errores, así como el peligro derivado de introducir datos personales y corporativos, o la posibilidad de que se produzcan filtraciones.

Prohibición y limitación de ChatGPT

Entre las empresas señaladas por el diario generalista en nuestro país, coinciden en que se ha prohibido o limitado el uso de esta herramienta entre sus empleados. Por ejemplo, el operador de telecomunicaciones no permite el uso de la herramienta para tratar o almacenar información de la empresa, a menos que la cuenta sea contratada y controlada por Telefónica. BBVA, por su parte, ha prohibido su uso con carácter general, aunque ha habilitado un proceso de autorización para aquellos profesionales que crean que pueda serles de utilidad y en el caso de Redeia se ha bloqueado el uso de la versión pública de la aplicación por posibles riesgos vinculados a la protección de la información, algo especialmente relevante a tratarse de una empresa estratégica.

No son los únicos casos, ya que otras empresas que operan infraestructuras de especial relevancia como Naturgy y Enagás han enviado a sus empleados recomendaciones para utilizar esta y otras inteligencias artificiales.

Por su parte, otras multinacionales como Repsol y Mapfre cuentan con protocolos o trabajan en ellos para garantizar que la inteligencia artificial se utilice de forma segura y ética. Una corriente que parece importarse desde el extranjero.

Esto es, porque fuera de España, otras empresas como Deloitte, JPMorgan, Verizon, Apple o Microsoft han desaconsejado la utilización de datos confidenciales o sensibles en ChatGPT, llamativo cuanto menos en el caso de esta última, por ser una de las principales empresas inversoras de OpenAI.