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Las empresas renegocian sus deudas tras el fin de las carencias ICO

carencias créditos ICO

El fin de las carencias de los créditos ICO, entendidos como el periodo en el que las compañías no tenían que abonar el crédito al banco, vencía el pasado mes de junio entre prerrogativas y negociaciones para encarar el pago de estos préstamos.

Las empresas, y especialmente aquellas que más problemas afrontaron con la pandemia, lograron que se incrementara hasta un 26% las renegociaciones de crédito, hasta los 2.200 millones de euros ante las dificultades de pago.

La presión de los costes

Con el fin de la moratoria concursal, las empresas están expuestas a una profunda revisión del sistema de insolvencia; en particular de los instrumentos pre-concursales como el procedimiento para la refinanciación de deuda avalada que ofrecían estos créditos ICO.

Con su cancelación, la presión financiera es un hecho, unido a los mayores costes a los que están haciendo frente las compañías por la subida de precios con la inflación y el encarecimiento de la energía.

Ya durante el inicio del año las renegociaciones se habían mantenido con un perfil bajo. Las compañías estaban reestructurando créditos por un volumen de 1.600 millones de euros al mes, pero el fin de las carencias elevó la cifra por encima del umbral de los 2.000 millones.

En total, el volumen de préstamos al que las empresas han tenido que hacer frente una vez concluidas las moratorias de los ICO, se eleva a los 39.000 millones de euros. Lo que significa que las compañías aún no habían comenzado a pagar créditos solicitados durante la pandemia por ese importe.

Mala salud de los préstamos

El Banco de España, cuyos datos sostienen la evidencia, subraya que los avales ICO han mostrado un deterioro en el primer trimestre de 2022. Por un lado, la ratio de créditos impagados se situó casi 4 puntos porcentuales más que en diciembre de 2021.

Por otro, el peso del crédito en vigilancia especial, es decir, aquel que ya presenta dudas de si será pagado en un futuro, escaló hasta el 23% en el mismo periodo de este año. Así, la morosidad del sector financiero en su conjunto (que incluye hipotecas, crédito al consumo y empresarial), sigue a la baja.

Y es que, según los datos de los créditos impagos, su nivel es el más bajo de los últimos 14 años. Una ratio que corresponde a un volumen de créditos impagados por 47.900 millones de euros, niveles que tampoco se veían desde el ejercicio de 2008.

Sin embargo, en los datos de morosidad desglosados por sectores empresariales, el escenario es otro. Los más afectados por la pandemia siguen con problemas, como es el caso de la hostelería, que permaneció cerrada en los meses centrales de la crisis sanitaria y aún no se ha recuperado.

La previsión de los supervisores financieros es que los deterioros crediticios comiencen a dar la cara en la última parte del año, aunque sin elevadas estimaciones de morosidad para la banca y muy lejos de las que se vieron en la gran crisis de principios de siglo.

La subida de los tipos de interés presionará en la salud de los créditos y no solo en los hipotecarios de particulares, sino también en los empresariales. Por ello, las empresas tendrán que hacer frente a una financiación más cara, adquiriendo nuevos precios a mayor velocidad.